Un manto blanco cubrió las calles de Nules y de otros puntos de la Plana hace escasamente tres semanas. Fue la incidencia meteorológica más sobresaliente de un mes de abril marcado por las lluvias --en varios puntos torrenciales-- y unos cambios bruscos de temperatura. En enero, la atención estuvo puesta en el temporal Filomena, que cubrió de nieve el interior y dejó fuerte oleaje en la costa. Y tan solo unas semanas antes de la pandemia de coronavirus, en el inicio del 2020, prácticamente toda la provincia sufrió en sus carnes los zarpazos de Gloria.

La historia detalla otras inclemencias semejantes en años y décadas pasadas. Fuertes inundaciones, playas engullidas durante días por el mar revuelto o nevadas que alteraron el día a día de la ganadería del interior. Ahora, un artículo publicado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), confirma un extremo que hasta el momento se percibía de forma subjetiva. Los temporales en la zona mediterránea, incluido Castellón, se repiten con más frecuencia, y con una intensidad cada vez mayor.

Esta es la conclusión a la que ha llegado Peio Oria Iriarte, integrante de la delegación de Aemet en Navarra, tras analizar los datos de precipitación diaria en estaciones meteorológicas, y que presentan «un registro suficientemente completo y homogéneo durante las últimas décadas».

En su argumentación, Oria relata «el elevado número de eventos en lo que va del siglo XXI y la década entre 2010 y 2020 así como la ocurrencia de prácticamente todos ellos entre los meses de septiembre y enero, lo cual no es sorprendente, dentro de un contexto de clima mediterráneo. Asimismo se ha comprobado que prácticamente todos los episodios están asociados a la aproximación de danas por el sur de la Península. Por otro lado, el aporte húmedo de origen subtropical y procedente del este es casi siempre un denominador común».

«Hay un aumento en frecuencia e intensificación de las situaciones que provocan lluvias muy fuertes o torrenciales y de extensión significativa en el conjunto del Mediterráneo español»

Peio Oria Iriarte - Aemet

Tendencias

Por las tendencias marcadas, concluye que se da un «aumento en frecuencia e intensificación de las situaciones que provocan lluvias muy fuertes o torrenciales y de extensión significativa en el conjunto del Mediterráneo español». Y pone como referencia el más devastador de los temporales recientes, Gloria. «Supone un magnífico ejemplo de un episodio de elevado impacto. Analizados los datos haciendo uso de un método estadístico suficientemente fiable y riguroso se puede afirmar que nunca antes hubo una borrasca con tanta precipitación sobre el conjunto de las estaciones seleccionadas durante tres jornadas seguidas y nunca antes hubo tres temporales tan intensos y seguidos en el tiempo como los de septiembre y octubre del año 2019, además de Gloria».

La zona costera de Almassora, azotada por un temporal. Mediterráneo

El delegado territorial de la Aemet en la Comunitat, Jorge Tamayo, detalló a Mediterráneo que este artículo «muestra algo que todos vemos de forma intuitiva, y es que hay más fenómenos adversos, y cada vez más fuertes». Una situación que no supone un incremento de las precipitaciones acumuladas en cada año. «Son más concentradas y más torrenciales», comentó Tamayo. La lluvia que cae de este modo tiene mayores posibilidades de dejar a su lado un rastro de destrucción más desolador.

"Este artículo «muestra algo que todos vemos de forma intuitiva, y es que hay más fenómenos adversos, y cada vez más fuertes".

Jorge Tamayo - Delegado territorial de Aemet en la Comunitat

Temperatura del mar

El catedrático de Análisis Climático y director del Laboratorio de Clima de la Universitat Jaume I, José Quereda, añadió que uno de los factores que más han contribuido a estas manifestaciones extremas del clima «tienen su origen en el calentamiento marino, sobre un grado y medio más». El contraste entre un mar de temperaturas templadas y una atmósfera fría suele ser el desencadenante de las depresiones aisladas de niveles altos, más conocidas por su acrónimo de DANA. «Hay una acumulación de más calor en el agua del mar, por lo que hay una potenciación de estos fenómenos cuando llega el aire frío polar o subpolar sobre el mediterráneo», detalló Quereda. 

«Hay una acumulación de más calor en el agua del mar, por lo que hay una potenciación de estos fenómenos cuando llega el aire frío polar o subpolar sobre el mediterráneo»

José Quereda - Catedrático Análisis Climático UJI

Personas pasean en la cima del monte Bartolo durante el temporal 'Filomena'. Mediterráneo

¿Cambio Climático?

Las mediciones muestran que el tiempo anda más revuelto en la provincia que en décadas pasadas, pero los expertos coinciden en mostrar cautelas sobre si se puede achacar de manera directa al cambio climático. Aún así, Jorge Tamayo recordó que de este concepto «ya se habló en los años 80, y pasados todos estos años vemos que las tendencias que apuntaron se cumplen, sobre todo en lo que respecta a la temperatura». Quereda también señala la posibilidad de «una acción combinada entre una mayor radiación del sol en el agua marina, que se combinaría con la acción del hombre. Los datos en estos momentos apuntarían a que el origen obedece a varias causas».