Una imagen se ha repetido en el inicio de la presente semana a lo largo y ancho de la provincia de Castellón: las largas colas frente a las instalaciones de lavado de coches y sus propietarios esperando pacientemente su turno para devolver a sus vehículos el lustre perdido.
La lluvia de barro del pasado fin de semana, provocada por el polvo en suspensión procedente de África en la Comunitat Valenciana, dejó los vehículos estacionados en el exterior cubiertos por una espesa capa de color marrón rojizo provocada por las gotas de ,la lluvia de sangre caída desde el pasado viernes hasta el domingo en las comarcas castellonenses.
El pasado domingo ya se notó el aumento de afluencia de usuarios a las estaciones de lavado de la provincia, lo que provocó un atasco bastante importante en estas instalaciones, que tuvieron que dedicar personal para intentar agilizar el funcionamiento y la rotación de vehículos en los túneles y en los boxes de autolavado, estos últimos los más utilizados.
La afluencia de usuarios a los lavaderos de automóviles no solo se mantuvo, sino que aumentó durante todo el lunes, día en el que un buen número de conductores volvieron a utilizar sus coches después del descanso del fin de semana. Las imágenes en varios centros de lavado de la capital de la Plana eran significativas. Boxes a full y muchos conductores esperando pacientemente su turno, con una mayoría resignada a las colas después de intentar, sin éxito, volver a sacar brillo a las carrocerías visitando dos o tres estaciones de servicio.
Por supuesto, los establecimientos de lavado manual tampoco dieron abasto en el inicio de la semana, donde se han tenido que repartir los encargos y escalonarlos durante toda la semana en riguroso orden de solicitud. Esta semana, más que nunca, se puede decir que las empresas de lavado de coches han hecho su agosto en pleno mes de junio.
