Las fábricas que producen mascarillas de Castellón están expectantes ante el devenir de la normativa sobre el uso de las mascarillas y reconocen que, «desde que se empezó a hablar de que su uso no sería obligatorio en espacios al aire libre y que el nivel de incidencia del covid-19 era más bajo, ha caído la venta de mascarillas». Un impacto que reconoce el presidente de la Agrupación de Empresarios Textiles (Ateval) de Castellón, Francisco Ferrer, quien explica que «los pedidos de nuestros distribuidores han caído ya un 70%. Son comercios, web, etc. que paralizaron compras y han decidido dejar de acumular estoc». A su parecer, se darán «cierres» inevitables pero una parte del sector más potente seguirá, al ocupar esa cuota del mercado, aunque residual, de un 5%.

Primera jornada sin mascarillas al aire libre --este sábado--, en Vinaròs. Javier Flores

"Las llevaremos encima por si acaso y tendremos mascarillas en el armario, como quien tiene camisetas»

Francisco Ferrer - Presidente de la patronal textil Ateval Castellón

Ya trabajan en reinventarse

¿Alternativas? El sector textil castellonense confía en el uso de mascarillas como mínimo hasta el 2022. Y mientras, algunos buscan nuevos clientes en el extranjero, «pero en Europa también se están relajando las medidas en exteriores; y en países con menos recursos se compra más a China por su bajo precio». Otra línea de futuro, en su opinión, es la ecomascarilla. «Nuestro sector está volcado en promover las mascarillas reutilizables por respeto al medio ambiente y acordes con la economía circular, para generar valor añadido y menos basura. De mínimo 50 lavados. Existen, pero pocas. Supone salir del estereotipo de las de usar y tirar; y al mismo tiempo, estar listos por si viene otra ola o a ver qué pasa», aseguró Ferrer.

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El textil de Castellón, que se puso las pilas ante la inesperada pandemia, adaptó parte de su producción al nuevo artículo (un 80% se apuntó a fabricar mascarillas como complemento a la moda); mientras surgieron nuevas y potentes compañías. «Aunque disminuya la demanda y el uso de una protección se estire más, esto no se para en seco. Está bajando la venta y va a bajar, pero creo que hasta el 2022 las utilizaremos. Las llevaremos encima por si acaso y tendremos mascarillas en el armario, como quien tiene camisetas», concluyó el empresario. 

«No me imagino aún un colegio donde no se utilicen»

Las fábricas del sector textil de Castellón que producen estos elementos para evitar contagios de covid piensan que a la mascarilla aún le queda vida. «No imagino un colegio aún sin mascarillas», señala Francisco Ferrer, presidente de la patronal provincial Ateval. «Y en centros de salud y hospitales, su uso para los usuarios y visitas, creo que va a ser de por vida. Se ha demostrado que protegen frente a contagios y, si una persona acude a ver a otra ingresada, más débil, con la mascarilla evita transmitirle otra enfermedad. Tiene mucho sentido», manifestó Ferrer.