La mesa redonda de la tercera edición del Foro del Agua de Castellón ha analizado el papel de la sostenibilidad como eje de la recuperación, la decidida apuesta por la digitalización y las bondades de la colaboración público-privada en el sector. Los fondos europeos han protagonizado buena parte de la conversación entre representantes de la empresa privada y la administración local. Unos y otros han mostrado su preocupación por las dificultades que pueden surgir a la hora de aprovechar al máximo las esperadas ayudas de Bruselas.

José Luis Valencia, director de Mediterráneo, ha sido el encargado de moderar y repartir juego entre los seis participantes: Juan Ángel Poyatos, director general de coordinación de la Acción de Gobierno de la Generalitat valenciana; Tania Baños, alcaldesa de la Vall d’Uixó; Xaro Miralles, alcaldesa de Benicarló; Andrés Martínez, alcalde de Peñíscola; Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento; y José Claramonte, director general de Facsa.

Tania Baños, que ha hablado de «oportunidad única» para los ayuntamientos, ha apuntado de entrada los dos aspectos en torno a los que ha girado la conversación. El primero, la necesidad de «modernización» para ganar eficiencia; y el segundo, la financiación de ese proceso. En clave municipal, preocupa la dificultad para aprovechar y gestionar los fondos europeos, por la carga burocrática que suponen y la falta de personal. El alcalde de Peñíscola lo ha resumido así: «Con la ley actual de contratos estem pelats». Tanto por los plazos como por la burocracia. En esa línea, Claramonte ha instado a ser más «ágiles» en la gestión de estos fondos. «Es un tema que preocupa porque somos expertos en no agotar los fondos europeos».

Esta inyección de ayudas se antoja necesaria para abordar los retos principales del sector, que pasan por la digitalización y la sostenibilidad. En la lista prioritaria de inversiones en Castellón, el director general de Facsa ha apuntado la conexión de las dos desaladoras de la provincia, ahora infrautilizadas, para mejorar el abastecimiento; la renovación de alcantarillados que se están quedando antiguos; la reutilización del agua, y el desafío que afronta la Diputación para solucionar la escasez de agua en algunos pequeños municipios. 

Particularidades

Asimismo, de las intervenciones de los alcaldes se ha evidenciado que los municipios comparten algunos problemas, pero presentan también sus particularidades. Xaro Miralles, alcaldesa de Benicarló, ha destacado que el municipio afronta un 2022 clave, con la renovación del contrato firmado en el lejano 1972. «Es un momento crucial para Benicarló», ha dicho. Ese nuevo contrato se aborda como una oportunidad «para cumplir los objetivos de sostenibilidad y eficiencia para el año 2030». Pero solos, los ayuntamientos no pueden. «Hay proyectos municipales que es imposible abordar» sin los fondos de ayuda, ya sean europeos, estatales o autonómicos. Y tampoco sin la colaboración con las empresas. «Una gestión pública es imposible», ha comentado Miralles, que en el caso de Benicarló mostró su preocupación por el perjuicio que los lodos pueden causar en los cultivos de la zona, algo extensible a los territorios agrícolas de la provincia.

Tania Baños, la alcaldesa de la Vall d’Uixó, ha subrayado la necesidad de «modernización». «Estamos gestionando el siglo XXI con contratos del siglo XX», ha afirmado. «La clave es la renovación de la red, donde estamos siendo ineficientes y el reto es implementar medidas de I+D+i», donde ha señalado a la Universitat Jaume I como un actor a tener en cuenta. Por otra parte, ha recordado «la protección y sensibilidad social» como otra pauta de su gobierno, destacando el acuerdo con Facsa «para no cortar el agua a las familias por impagos en un momento económico complicado». Como el resto, ha indicado la importancia de la digitalización para «acercar el servicio al ciudadano» y ganar en «transparencia».

Andrés Martínez, alcalde de Peñíscola, ha valorado que se ha «avanzado mucho de la mano de la colaboración público-privada», pero ha señalado también que «no nos podemos quedar ahí». Para su municipio, en el horizonte cercano, «dos oportunidades». Una, «los fondos de Europa», aunque ha mostrado sus dudas de que, dadas las cantidades que se barajan para todo el Estado, lleguen hasta Peñíscola; y otra, «el nuevo contrato» que debe firmar para «fijar a donde podemos llegar». El montante de las inversiones que requiere Peñíscola para renovar la mitad de la red actual, mejorar el alcantarillado y un depósito se estima en cuatro o cinco millones de euros.

Martínez ha comentado igualmente el valor del agua asociado a otros sectores. Esta mejora de la red acercaría a Peñíscola al objetivo de «ser el primer municipio 100% destino turístico inteligente». «El agua es como la luz, solo se valora cuando se va», ha añadido, al tiempo que insistió en que «el dinero que va a venir de Europa es poco».

Los cambios

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El director general de Facsa, José Claramonte, ha advertido de que «va a ser inevitable incrementar la tarifa» a los consumidores. Unos y otros abogaron por apostar por la digitalización también para explicar de una forma rápida y detallada el porqué de todos estos cambios. En ese sentido, Morcillo ha señalado que los españoles pagan menos por el agua que el resto de europeos, pero mucho más por electricidad y telefonía, y ha instado a propiciar un pacto político que fuera más allá de las siglas. Morcillo ha aseverado que el sector «está preparado y tiene tecnología» para afrontar estos avances hacia la sostenibilidad triple: «ambiental, social y económica».

La pelota de los fondos y su gestión ha caído recurrentemente en el tejado de Poyatos, el representante de la Generalitat en este ámbito. Poyatos ha recordado que este primer paquete de ayudas se complementará con otras posteriormente. «Todos coincidimos en que el dinero previsto no es suficiente, pero lo importante ahora son los proyectos y los tenemos», ha señalado.