Ya hay fecha para la cumbre que definirá el futuro a corto plazo de los bous al carrer. Será el próximo 31 de agosto en Vila-real, en la Casa dels Mundina, y en el encuentro se darán cita alcaldes, médicos, policías, arquitectos, técnicos municipales, representantes de la Generalitat valenciana, ganaderos, hosteleros y miembros de las peñas taurinas de los 27 municipios de la Comunitat (once de ellos en Castellón) que están dispuestas a celebrar de forma segura y efectiva este tipo de festejos a partir del próximo mes de octubre. 

Los aficionados piden el regreso de los bous al carrer (hasta ahora estos festejos solo están permitidos en plazas portátiles y con aforos limitados) y la Generalitat valenciana ha recogido el guante. De hecho, la reunión ha sido convocada por el director general de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, de cuyo departamento dependen los festejos populares, y en ella se trazarán las propuestas que permitan la vuelta del bou con todas las garantías sanitarias.  

«El objetivo es crear un foro de trabajo para presentar propuestas para una desescalada efectiva», apunta José Benlloch, alcalde de Vila-real, quien insiste en que «cada vez es menos comprensible que no se puedan realizar bous al carrer, cuando hay muchas otras actividades que sí que se permiten», en alusión a los partidos de fútbol o a la fiesta de las fallas de València.

Paralelamente a la cumbre de Vila-real, las peñas taurinas se reunirán a principios de septiembre con los representantes de los partidos políticos en Les Corts. «Tenemos que regresar cuanto antes a la normalidad. Hay que cuidar al sector de las ganaderías, que también lo están pasando muy mal con esta crisis», añade Benlloch.

La cumbre del día 31 es clave porque de ahí saldrán las conclusiones para elaborar un protocolo que permita la vuelta del bou. Un plan que después será analizado en una reunión conjunta entre el mundo del toro, el departamento que dirige José María Ángel y la Conselleria de Sanitat, que es quien tiene la última palabra. 

El primer paso se ha dado y los alcaldes de la provincia apoyan el regreso del bou al carrer. Los munícipes de Onda, l’Acora, la Vall d’Uixó o Almassora, por citar solo algunos ejemplos, entienden que es hora de ir volviendo a la normalidad y, siempre que la Generalitat lo autorice, están a favor del regreso de estos festejos. «No pedimos más derechos que nadie, pero sí los mismos que otras actividades», insiste José Benlloch, quien recuerda que Vila-real fue la primera ciudad de la provincia en montar una plaza portátil.