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ECONOMÍA

Un hotel de Morella ante la falta de camareros: "Solo podemos servir comidas a los huéspedes"

El déficit de personal obliga a muchos empresarios a tomar medidas drásticas

Montse Querol, gerente de un hotel de Morella que no encuentra personal.

La hostelería de la comarca de Els Ports atraviesa una grave crisis por falta de personal. Algunos restaurantes se han visto obligados a cerrar y otros a reducir sus servicios por falta de personal. Y un ejemplo es el hotel Rey Don Jaime, en Morella. «Nos hemos visto obligados a tomar una drástica decisión y a partir de ahora solo daremos comidas a los huéspedes del hotel y no abriremos en restaurante para más comensales», explica su gerente, Montse Querol.

El hotel Jaime I de Morella no atenderá a clientes que no hospeden en el establecimiento y todo por culpa de que llevan meses tratando sin éxito de contratar profesionales. «No podemos hacer nada más, aunque lógicamente esta decisión se traducirá en una menor facturación», añade Querol.

La falta de mano de obra es tan generalizada que otros establecimientos se han visto obligados a tomar decisiones similares. Joaquin Deusdad, gerente del Hotel El Faixero de Cinctorres, ha cerrado provisionalmente el pub Ring y Catalin Chircu, gerente del bar La Parrilla de Morella, ha tomado el mismo camino: cerrar porque no encuentra camareros y cocineros. 

Escasez de fontaneros

Pero la hostelería no es el único sector que no encuentra profesionales. La construcción tiene el mismo problema y estima que necesita unos 2.500 profesionales entre albañiles, fontaneros o electricistas.

José Antonio lleva tanto tiempo intentando contratar a varios fontaneros que prácticamente ya da la batalla por perdida. «Hace muchos meses que busco sin éxito profesionales, pero la demanda es muy superior a la oferta», cuenta este empresario de Almassora, que prefiere que no se publique su nombre completo.

Bricosasistencia, la firma que dirige José Antonio, se dedica a las reformas desde hace 25 años aunque ahora trabaja en exclusiva para compañías de seguros. Y la falta de profesionales es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta. «Nadie quiere trabajar de fontanero y eso que las condiciones son buenas. Los jóvenes prefieren estar en la oficina», cuenta.

Este empresario habla con conocimiento de causa. Hace apenas unas semanas, su empresa publicó un par de ofertas laborales a través de varios portales de internet. Una era para cubrir una vacante de fontanero y ofrecía un sueldo de 1.800 euros mensuales. La otra oferta laboral era de auxiliar administrativo, con un salario de 1.150 euros. «Para la oferta de fontanero, en una semana, recibí un solo currículo y para la de administrativo, solo el primer día, llegaron 360. Y eso que el salario era muy inferior», explica.

A José Antonio la escasez de profesionales le obliga a renegociar constantemente las condiciones de sus empleados con tal de evitar fugar. «Es como un mercadillo», lamenta. 

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