No solo dan la oportunidad a las personas mayores para disfrutar de unos días de vacaciones, sino que también deben ser un revulsivo para el sector hotelero de Castellón. Sobre todo cuando todavía no ha logrado recuperarse de los efectos de la crisis del covid. La vuelta de los viajes del Imserso, que se presentaba como una de las tablas de salvación del sector en el arranque del 2022, no parece que vaya a cumplir con las expectativas. El vicepresidente ejecutivo de Ashotur, Luis Martí, explica que en estos momentos «la sensación es de incertidumbre, ya que el retraso de tres meses en poner en marcha su comercialización hace que el proceso llegue en el peor momento posible».

El jueves y el viernes fueron los días elegidos para que los jubilados de la Comunitat pudieran hacer sus reservas, y la sensación es de un regreso a medio gas. Diego Tirado, desde la Asociación de Agencias de Viajes de Castellón, comentó que el primer día «hubo una afluencia muy escasa y el viernes, que era el día con una mayor cantidad de cartas de citación a los beneficiarios, hubo algunas colas, pero lejos de lo que era habitual en los años anteriores».

Menos ritmo

Martí coincide en el que ritmo de contrataciones «va más lento, al coincidir con las vísperas de las fechas navideñas, el incremento de casos de coronavirus y el temor por la nueva variante». En Castellón hay firmadas unas 34.000 pernoctaciones para el periodo comprendido entre febrero y junio, que ayudarían a arrancar el nuevo año a los hoteles inscritos, concentrados en Peñíscola, Vinaròs y Benicàssim. Si el ritmo de reservas del Imserso no se anima, «puede que no se cumplan las previsiones; ahora mismo estamos pendientes de ver la evolución sanitaria y es difícil hacer pronósticos», detalló Martí, quien cree que de no haber habido retrasos, muchos jubilados ya estarían en unos hoteles de la provincia que seguirían abiertos al público. 

Protestas y petición de cambios

Los retrasos burocráticos a la hora de iniciar la campaña no son la única incidencia en este regreso del Imserso. Hace escasas semanas hubo un conato de rebelión de los empresarios hoteleros, que estuvieron a punto de no firmar por los escasos precios por alojado y noche que ofrecía la empresa adjudicataria, Mundiplan. Finalmente, lograron una subida del 6,5% respecto a la última edición. Pese a esta pequeña victoria -los hoteles prácticamente trabajan a pérdidas con el Imserso- cada vez hay más voces que reclaman un nuevo modelo, que mejore la calidad en el servicio y unos precios más adecuados a la situación actual.

Uno de los que defienden el cambio es el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, que en diversas ocasiones ha solicitado al Gobierno la revisión de un plan que califica de «rancio y viejo». «Va en contra de crear valor añadido, ya que no es positivo competir en precios, sino aportar mejoras en capital humano, creatividad y también en innovación», expresó.