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La alcaldesa de Castelló, junto a los presidentes del foro cerámico del europarlamento y de la patronal italiana.

PARTICIPACIÓN EN LA ASAMBLEA DE LA RUTA EUROPEA DE LA CERÁMICA

Castelló se incorpora a la ofensiva institucional para salvar al sector cerámico

La alcaldesa, Amparo Marco, pone en común la situación del sector con los representantes italianos para ejercer presión ante Bruselas

La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, ha expuesto en Italia la preocupación que vive el azulejo español (cuya producción se concentra en la provincia de Castellón) ante una crisis energética caracterizada por el continuo encarecimiento de los precios del gas y la electricidad. Marco mantuvo ayer una reunión con el presidente de la patronal de la patronal azulejera italiana (Confindustria Ceramica), Giovanni Savorani; y la presidenta del Foro de la Cerámica del Parlamento Europeo, Elisabetta Gualmini.

El encuentro, celebrado en el marco de la asamblea general de la Ruta Europea de la Cerámica (la primera que se hace de manera presencial desde la pandemia), sirvió para poner en común las problemáticas que atraviesa el sector tanto en Italia como en España ante el encarecimiento de los costes, aprovechar sinergias y hacer un frente común en Bruselas. La alcaldesa señaló que mantendrá próximamente un encuentro con representantes del sector cerámico de Castellón para abordar la complicada encrucijada actual.

«Castelló es una ciudad ligada histórica, cultural y económicamente a la industria azulejera, que concentra en su entorno buena parte de la producción nacional y en cuyo sector trabajan muchos residentes de nuestra ciudad y de municipios vecinos», explicó Marco. Además, aprovechó este foro para trasladar «la preocupación del sector por las consecuencias derivadas para las empresas, las personas trabajadoras y para las familias», puesto que emplea de forma directa a más de 17.000 personas en la provincia.

Amparo Marco, con el alcalde de Faenza y las delegaciones en la asamblea de la Ruta de la Cerámica.

Antes de esta reunión, Amparo Marco se reunió con el alcalde de Faenza, Massimo Isola, para compartir detalles sobre los efectos comunes que las dos ciudades sufren por la crisis en este sector. La zona en la que se sitúa Faenza concentra gran parte de la producción del azulejo italiano.

Precedentes

Con estos movimientos, Castelló se suma a las iniciativas desplegadas desde otros consistorios del clúster cerámico provincial, como Vila-real, l’Alcora, Almassora y Onda, con el envío de cartas a autoridades del Gobierno, con la finalidad de que atienda a las peticiones de la industria ante cuestiones como la paralización de plantas cogeneradoras.

Por otro lado, la reunión de Marco con el alcalde de Faenza sirvió para tratar una línea de colaboración para difundir la Ruta de la Cerámica en las ferias Cersaie y Cevisama, con el fin de dar a conocer este itinerario cultural y que otros municipios se sumen. 

Pánico en la industria italiana

Tanto Castellón como la región de Emilia-Romagna, en Italia, comparten la incertidumbre por el incremento de los costes energéticos y las consecuencias en el empleo. Si el parón indefinido de la actividad en Azuliber ha caído como una bomba en Castellón, la prensa de Bolonia destaca cómo unas 25 fábricas de la zona están paradas por el precio del gas, lo que ha supuesto que unos 1.300 trabajadores hayan dejado de acudir a sus puestos. Algunas empresas señalan que la suma de los gastos del gas y la electricidad han alcanzado el 70% de los costes de producción, por lo que la actividad se ha detenido.

Según señalan fuentes empresariales de Castellón, tanto esta región italiana como Polonia se encuentran en la misma tesitura. Entre las soluciones que proponen los empresarios italianos para poder recuperar el ritmo de sus fábricas está acudir a la Unión Europea e instar para que se controlen los precios del gas natural, al considerar que los precios en los mercados europeos (que en los últimos días han superado los 300 euros por megavatio hora) son fruto de la especulación.

En diferentes ocasiones, las patronales cerámicas de España e Italia han mantenido contactos con autoridades comunitarias para poner de manifiesto sus inquietudes sobre el futuro del sector. El 25 de enero acudieron a Bruselas para pedir una flexibilización del calendario medioambiental y advertir de los del encarecimiento del gas y de los derechos de emisión de CO2. Ocho meses después, la situación ya es crítica.


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