Ignacio Forcadell se define como un aventurero. No en vano, fue ‘mochilero’ en su juventud, pasando largas estancias vitales recorriendo países como Tailandia, Nueva Zelanda, China, Túnez o Mongolia. Al margen de su faceta viajera, no muy rentable en términos crematísticos, estudió Arquitectura en Navarra y montó su despacho en su Castelló natal. Cuando llegó la crisis económica del 2008, que como sabemos golpeó duramente a su sector, decidió combinar sus pasión con su trabajo: “Asistí a una conferencia del director del Proyecto Djehuty, José Manuel Galán, y me contagió su emoción. Cuando acabó le dije que quería unirme a su equipo. Le envié mi currículum y le insistí varias veces, ofreciéndome incluso a pagar mis gastos. Al final como estaba metido en el diseño 3D y podía hacer recreación de las tumbas le convencí y ya llevo 11 campañas con ellos”. 

No oculta el castellonense que está “viviendo un sueño. Estoy rodeado de arqueólogos punteros a nivel internacional; cuando hablan dan ganas de tomar apuntes”. Rodeado por tanto de la “élite de la egiptología” explica su papel como arquitecto de la siguiente forma: “Me encargo de que la gente pueda trabajar a salvo. Los egipcios a veces son muy kamikazes, piensan que lo que tenga que pasa, pasará, que Alá proveerá, y nuestro papel es el de minimizar riesgos. Después también tenemos que reforzar algunos monumentos y ayudamos en la musealización”. 

Más de una década de descubrimientos

El Proyecto Djehuty ha llegado a contar con cuatro arquitectos en un equipo de hasta 40 profesionales por campaña. Cada campaña se prolonga durante aproximadamente mes y medio e Ignacio ha participado ya en 11 de ellas desde 2011. Por si fuera poco, al margen de su aportación en este grupo en Luxor ha participado en dos proyectos japoneses en Saqqara, también en Egipto, así como en Sudán con la Universidad de Michigan, el Museo Británico y la universidad de Universidad Estatal de Moscú.

El Proyecto Djehuty en el que está inmerso este arquitecto rodeado de arqueólogos es uno de los más prestigiosos en la actualidad. MEDITERRÁNEO

Para Forcadell, la única parte negativa de su labor está en lo que se deja en Castellón: “He llegado a pasar hasta seis meses al año excavando en Egipto, pero nunca paso más de dos meses seguidos porque no puedo estar tanto tiempo sin ver a mis dos hijas. Además en Egipto aún me puedo comunicar con ellas por whatsapp, pero en Sudán no tengo ni eso”. Soporta mejor el calor que la distancia con su prole, y eso que las temperaturas en verano en el país árabe no son las de su querido Benicàssim: “Por circunstancias un año tuvimos que trabajar en junio. Tenemos un termómetro que cuando llega a 48º deja de subir y a las diez de la mañana ya alcanzaba esa cifra… Es duro”.

El sarcófago de Neb, descubierto dentro del proyecto en el que está inmerso Forcadell, se trata del ataúd de una momia de hace 3.600 años. Fue descubierto en la ciudad de Luxor, a unos 700 kilómetros al sur de El Cairo, en Egipto. La pieza pertenece a la dinastía XVII (1580-1550 a.C.), uno de los periodos históricos más desconocidos del Antiguo Egipto y del que existen pocos testimonios. MEDITERRÁNEO

Sobre los hallazgos más importantes en los que ha participado, el arquitecto castellononense recuerda aún con emoción “el descubrimiento del sarcófago de Neb, un noble que llegó a nosotros tal cual lo enterraron, sin que lo tocaran saqueadores. Fue espectacular y también tenso, porque como tienen miedo al expolio tuvimos que hacer horas extras para sacarlo y ponerlo a buen recaudo lo antes posible. Después también fue impresionante un jardín funerario que nos permitió conocer mucho sobre los ritos que tenían hace 4.000 años. Fue tan increíble que una institución americana nos donó 100.000 euros solo para que lo investigáramos en profundidad”. 

Apasionado de los viajes y la historia conjuga estas dos facetas de su vida con su profesión, la arquitectura. MEDITERRÁNEO

El próximo reto del equipo será “el de abrir al público la tumba de Djehuty, el tesorero de la reina Hatshepsut, que es quien da nombre al proyecto. Es muy significativo por todo el esfuerzo y el dinero que se ha invertido en las 22 campañas realizadas hasta ahora, teniendo en cuenta el vasto territorio que abarca y que se avanza a ritmo de un paletín. Ha quedado espectacular y se inaugurará el 9 de febrero”. 

No oculta Forcadell, eso sí, que tan magna empresa se ha topado con un problema mucho más mundano como es el de la financiación: “El dinero es lo único que nos impide llegar más allá. José Manuel Galán acertó al elegir este yacimiento porque es uno de los más prolíficos de Egipto, hacen falta recursos para las investigaciones y las publicaciones. He llegado a ver arqueólogos deseando que no apareciera nada más porque no daban abasto”. 

Ignacio Forcadell pasa hasta seis mese al año investigando la prolífica historia de países como Egipto o Sudán. MEDITERRÁNEO

En caso de no conseguir la suficiente cantidad que alcance a los 150.000 euros aproximados que cuesta cada campaña, el castellonense lamenta que “muchos tendremos que quedarnos, con lo que eso supone, y tampoco podremos contratar a tantos obreros egipcios como otras ocasiones”. Asume el protagonista de esta historia que “en arqueología nadie se mete por dinero”, pero confía en que se encuentre el apoyo necesario como para seguir adelante con la misión.

Para colaborar con este Proyecto Djehuty puedes pinchar aquí

Recuerda que si quieres ponerte en contacto con ‘Mediterráneo’ para enviar una información, fotografía o vídeo relevante de la provincia de Castellón puedes hacerlo escribiendo un mensaje privado al perfil oficial del periódico en Facebook, Instagram y Twitter; pudiendo escribir también al correo electrónico rfabian@epmediterraneo.com, o si es más cómodo vía whatsapp, en el número de teléfono 680558577.