INFORME

Las cinco claves que explican los problemas de la pesca en Castellón

Los profesionales y armadores se enfrentan a restricciones y problemas de capturas

Las barcas de arrastre tienen una dificultad añadida si se confirma que Bruselas hará más recortes en los días para faenar.

Las barcas de arrastre tienen una dificultad añadida si se confirma que Bruselas hará más recortes en los días para faenar. / ANDREU ESTEBAN

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

Hasta hace un tiempo, la recta final del año para la pesca en Castellón estaba dominada por los repuntes de precios, gracias al aumento de la demanda en mercados y comercios por las comidas propias de la Navidad. Pero las decisiones de Bruselas, en forma de nuevos recortes a la actividad, ponen en serios aprietos a los armadores, que no ven cómo hacer viable una actividad si cada vez pueden salir menos a faenar. Las previsiones para el 2023 hablan de 12 jornadas, que se suman a los recortes acumulados del 30%. La pesca de arrastre provincial pone el grito en el cielo ante la tormenta que se avecina. 

1-El peligro de la falta de viabilidad

El secretario de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Castellón y del Grau, Manuel Albiol, advierte de que los planes de la Comisión Europea para el 2023 «serán muy perjudiciales para la modalidad de arrastre, con un descenso del 7,5% respecto a la planificación del 2022». Desde Bruselas defienden esta disminución progresiva en la pesca de la zona mediterránea, con el argumento de que, si se faena menos días, habrá una mayor regeneración de los caladeros. La contrapartida es para los armadores. «Entramos en una dinámica de falta de viabilidad», apunta Albiol. Por cada día que los barcos están en tierra, los propietarios de las barcas no perciben ingresos, y tampoco sus marineros, con lo que hay peligro de que los tripulantes decidan ir a otros oficios . «Con estos condicionantes, no es atractivo dedicarse a esto», comenta. El hachazo del 2022 fue del 6%, y en el 2021 fue del 7,5%. Los números no salen.

2-Una planificación que no ayuda

A este problema se le une otro: Europa manda unas restricciones, que luego se deben aplicar en el calendario. Algo que ha supuesto un quebradero de cabeza en los años anteriores. Tal y como expone Albiol, «pedimos que haya una programación para el año siguiente, para que cuando arranca el mes de enero se sepa con exactitud cuántos días tiene cada flota; si no, no nos podemos organizar».

Descarga de las capturas de una barca hasta el muelle del puerto de Castelló, para ser subastadas.

Descarga de las capturas de una barca hasta el muelle del puerto de Castelló, para ser subastadas. / ANDREU ESTEBAN

Sin ir más lejos, la resolución definitiva en los últimos años llegó «en mayo o junio», dice, de modo que al final del año «han acabado faltando fechas, y hemos salido menos incluso de lo que marca la normativa». Días perdidos que luego no se pueden recuperar. «De no haber mejoras tanto en los recortes como en la planificación», esto sería letal para el sector en la provincia», augura.

3-En marcha la veda de barcas de cerco

A la espera de conocer la decisión definitiva sobre las barcas de arrastre y su reducción de días --el sector ya ha manifestado su temor ante el Ministerio de Agricultura y Pesca, la modalidad de cerco, las conocidas como barques de la llum ya han iniciado su periodo de parada biológica. Arrancó el 1 de diciembre y se alargará hasta el 31 de diciembre. Además, este año se hizo un periodo de veda extraordinario en abril, que no dio el resultado esperado. El balance de este año es poco alentador. Manuel Albiol explica que si el 2021 ya fue malo, con 1,5 millones de kilos de captura de boquerón, este ha sufrido un nuevo descenso, «con 1,28 millones de kilos, que en facturación ha supuesto un retroceso de 45.000 euros».

Un barco de arrastre llega al Grau después de faenar.

Un barco de arrastre llega al Grau después de faenar. / ANDREU ESTEBAN

No han ido mejor las cosas en la pesca de sardina, que de 452.000 kilos del pasado ejercicio, se ha pasado al cierre del 2022 a 356.000. La recaudación ha retrocedido en 130.000 euros.

4-Falta de vocaciones entre los jóvenes

La provincia de Castellón cuenta en estos momentos con 16 embarcaciones de cerco, la mayoría de ellas concentradas en el Grau, con 11, seguidas de las cuatro de Burriana y a la única que queda en Vinaròs. Si el número de capturas ya es poco alentador, incluso con barcas que tienen que acudir a otros caladeros al sur de la Comunitat para poderse ganar la vida, se añade la falta de trabajadores. Albiol comenta que cada vez «es más difícil encontrar tripulaciones», ante la merma de capturas y las escasas expectativas económicas, agravadas por costes como los de los carburantes.

5-A vueltas con las cuotas de atún

La mayor o menor presencia de pescado azul frente a las costas de Castellón puede obedecer a fenómenos cíclicos, que en los últimos meses han beneficiado a puntos como Jávea, Altea o Gandia, pero también hay un factor que supone un problema para regenerar caladeros: la sobrepoblación de atunes, una especie que estuvo en peligro de extinción, por lo que se restringieron las cuotas de captura. Estos peces se alimentan, precisamente, de pescado azul. Ahora ya hay más atunes, pero no se han cambiado las cuotas, dando como efecto colateral la disminución de boquerones o sardinas.

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