EFECTOS DE LA DANA

Hosteleros y empresarios de Benicàssim, desolados por la lluvia: "Ha saltado la luz y las cámaras y los congeladores estaban llenos"

Bajos inundados en la avenida Ferrandis Salvador, donde todavía están achicando agua

Vídeo: Hosteleros y empresarios de Benicàssim, desolados por la lluvia

Gabi Utiel

Carmen Tomás Armelles

Carmen Tomás Armelles

«Sobre metro veinte a metro cincuenta de agua» impedía este jueves el acceso a una inmobiliaria y un kebab ubicada en unos bajos de la avenida Ferrandis Salvador de Benicàssim. Sus responsables, con caras de circunstancias, observaban cómo flotaban las sillas y mesas en la terraza mientras con la ayuda de bombas intentaban aliviar la inundación. 

Bombas de achique

Han llamado a los bomberos, pero al final han sido ellos mismos los que se han hecho cargo de la situación. «Estamos con unas bombas de achique que nos han prestado y esperando unas de gasoil para poder sacar toda el agua», señala el responsable de la inmobiliaria, Miguel de Jesús. «Cuando hubo las inundaciones del Gloria nos entró un palmo, pero tal como hoy no había sucedido nunca, añade De Jesús.

Miguel de Jesús contempla cómo el agua anega su inmobiliaria, en la avenida Ferrandis Salvador de Benicàssim.

Miguel de Jesús contempla cómo el agua anega su inmobiliaria, en la avenida Ferrandis Salvador de Benicàssim. / GABRIEL UTIEL BLANCO

 «Me han dicho que sobre las cuatro o cinco de la madrugada han empezado las intensas lluvias, nosotros estamos desde las siete aquí», señalaban los responsables del kebab. 

Congeladores llenos

Las persianas de ambos locales estaban abombadas por los efectos de la tromba de agua caída, pero hasta que no evacuen el agua no podrán saber el alcance de los daños. Tres congeladores llenos de comida tenían los responsables del kebab, según comentaban, muy afectados por lo sucedido. 

Por su parte, Gabriela y Alberto, los responsables de la cafetería pastelería La Goldonera, ubicado en la avenida Ferrandis Salvador de Benicàssim, situado en las inmediaciones del Eurosol, intentaban evacuar el agua con la ayuda de una bomba que han instalado ellos mismos. 

Cafetería Pastelería la Goldonera tras sufrir las inundaciones

Cafetería Pastelería la Goldonera tras sufrir las inundaciones / GABRIEL UTIEL BLANCO

«Está todo lleno de agua y sale por detrás», apuntaba Alberto. «Lleva toda la noche lloviendo. Hemos venido a las siete de la mañana y ya lo hemos encontrado así», añadían.

 «De momento no podemos estimar los daños», indicaba Gabriela. «Ha saltado la luz y las cámaras y los congeladores estaban llenos», señalaba Alberto. Los tenían preparados con la mercancía para el fin de semana y de cara a la temporada.

«Estos bajos nunca se habían inundado. Sin embargo, el año pasado se hizo una obra aquí cerca y pensamos que ha sido por eso», señalaba Gabriela.

 «Otros chicos de un local de atrás han llamado a los bomberos y aquí no ha venido nadie», añadían, sintiéndose olvidados.

Escoba en mano Alberto intentaba extraer el agua del local, que seguía fluyendo hacia el mediodía.

Sin luz

Por su parte, la responsable de una óptica ubicada en la calle Mossén Oliver de Benicàssim intentaba devolver ayer la normalidad a su establecimiento, donde se habían quedado sin suministro eléctrico. «Se ha cortado la luz y ya esta persiana no la hemos podido subir y la hemos tenido que subir manualmente. Imagino que habrá sido por la lluvia, porque el jueves cerramos normal. He entrado porque el automático se dispara», explicaba Inma Guinot.

En esta óptica, de la calle Mossén Guillem se fue la luz

En esta óptica, de la calle Mossén Guillem se fue la luz / GABRIEL UTIEL BLANCO

En prevención de posibles inundaciones tiene instalada una tabla de madera para proteger el local de la lluvia, pero, aun así, ha saltado por encima y le ha entrado agua y tierra en el local. «Tengo mucho barro», detallaba.

Un torrente total

«Sobre las cinco de la mañana me ha dicho un vecino que ha empezado a caer torrente total», señalaba. No era la primera vez que esto le ocurría, debido a que, al estar cerca el barranco, cuando llueve «el agua baja por aquí como si fuera un río».

A pesar de todo su intención era volver a la normalidad cuanto antes. Señalaba que «como está todo oscuro la gente pensará que está cerrado, he llamado al electricista a ver si puede solucionarlo», señalaba.

Vídeo | La N-340 en Benicàssim, inundada

Redacción

Desolación

Desolada. Así está Susana Brea, que tiene un bazar y una cafetería en unos bajos en la avenida Ferrandis Salvador de Benicàssim anegados con 1,40 cm. de agua. «Si vieras lo linda que estaba la cafetería recién remodelada, con maquinaria, mobiliario, electricidad nueva y los cristales pintados por el vidrierista...», se lamenta. El bazar lo tenía lleno de género con el inicio de temporada. «Y ahora está bajo el agua. He avisado a mi compañía de seguros», aseveraba. «Todavía no he podido entrar», explicaba. «Venía a las 8.00 horas para abrir y no pude acceder a Benicàssim, volví a Castelló y ahora he podido», dijo.

Susana Brea, responsable de una cafetería y un bazar en la avenida Ferrandis Salvador, sumergidos bajo las aguas.

Susana Brea, responsable de una cafetería y un bazar en la avenida Ferrandis Salvador, sumergidos bajo las aguas. / GABRIEL UTIEL BLANCO