El Gobierno amplía la veda de cerco y la pesca de Castellón teme impagos

La pesca vive en la cuerda floja desde hace años y los cambios que llegan no van a ayudar en nada a que coja algo de oxígeno. El Gobierno acaba de ampliar en un mes la veda en la modalidad de cerco, una categoría en la que se engloban prácticamente la mitad de las embarcaciones de Castellón, lo que significará que la flota permanecerá amarrada desde el 15 de noviembre al 15 de enero (además del mes de abril). Y aunque esta decisión es mucho mejor que la prevista inicialmente por el Ministerio (prohibir durante cuatro meses el desembarco de sardina), el sector avisa de más retrasos en el cobro de las subvenciones, dado que la Comunitat Valenciana es la única de todo el país que no está al corriente de pago.

Los paros biológicos obligatorios están financiados por la Unión Europea (EU), lo que significa que Bruselas paga una subvención a cada embarcación a cambio de dejar de faenar durante un periodo determinado. Pero el problema en la Comunitat (las ayudas las tramita Generalitat) es el retraso a la hora de percibir dichas ayudas. «La Administración impone unas vedas pero luego es incapaz de pagar en tiempo y forma las subvenciones y así nos lo trasladan los armadores», dice Manuel Albiol, secretario general de Coincopesca, la Comisión Interfederativa de Cofradías de la Comunitat.

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De hecho, y según denuncia Coincopesca, hay embarcaciones a las que la Administración debe más de 50.000 euros. «Los barcos de Castellón, Valencia y Alicante tienen que esperar hasta dos años para cobrar, algo que no sucede en ninguna otra comunidad autónoma», explica el propio Albiol.

Impacto en las cofradías

Ampliar un mes más la veda de cerco (las principales especies que se capturan en esta categoría son la sardina y el boquerón) implicará, además, que los trabajadores tendrán que estar treinta días más en casa, lo que hará todavía menos atractivo un sector para que el no existe relevo generacional. «Si ya cuesta atraer a gente nueva, ahora la barrera aún será más grande», añade el secretario general de Coincopesca, quien advierte asimismo que este mes extra de paro biológico tendrá un impacto «muy negativo» en las cofradías (durante esas semanas sus ingresos serán cero) y en los compradores.

La pesca no oculta su preocupación por las repercusiones que tendrán el cambio en la veda, pero la situación hubiera podido ser peor. A mediados de julio y sin consensuarlo con el sector, el Ministerio publicaba una orden que prohibía el desembarco de sardinas durante 4 meses. «Aquella iniciativa era un despropósito ya que se vetaba la pesca de sardina, pero no la de boquerón, cuando estas dos especies se capturan juntas», explica Albiol, que critica la «falta de empatía» de la secretaría general de Pesca con el sector. Los marineros de la Comunitat, Cataluña y Murcia se unieron y han forzado al Gobierno a un cambio de postura que ahora se ha materializado. 

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