Durante la etapa de mayor acoso al gobierno de Aznar se significaron en sus protestas dos colectivos los jóvenes y los artistas. El primer presupuesto de ZP ha eliminado de un plumazo el 1,2 millones de euros que se dedicaba a la ampliación de estudios de los jóvenes artistas españoles y todavía está pendiente alguna reacción contraria de los damnificados.

Posiblemente por nuestra incapacidad para comunicar, especialmente en la guerra a de Irak, una parte de los jóvenes españoles nos retiraron la misma confianza que nos llevó al gobierno.

La participación española en la socorrida guerra de Irak fue la aportación de un buque hospital que llevó a cabo miles de intervenciones quirúrgicas tanto a civiles como a militares. Sin embargo, la mayoría de nuestros jóvenes están convencidos de que enviamos militares, como hizo Felipe González en la guerra del Golfo.

Ha sido curiosamente con el Partido Popular, que tiene una inmerecida imagen de militarista, con quién 1.030.000 jóvenes dejó de hacer el servicio militar o la prestación social sustitutoria en las dos legislaturas populares.

Se logró en los dos últimos años hacer olvidar a nuestros jóvenes que la etapa socialista ha sido la peor en la historia de España en lo referido al empleo. Así, la tasa de paro juvenil creció hasta el 42% y con el gobierno de Aznar se redujo hasta el 23%. El número de parados cayó a menos de la mitad de 1.126.000 a 498.000. En este mismo periodo de dos legislaturas, la tasa de ocupación creció once puntos, del 25 al 36%, y la de temporalidad bajó 10 puntos. Los jóvenes que buscaban su primer empleo en 1996 eran 516.000 y en 2004 sólo 158.000. Entre los jóvenes hasta 30 años se duplicó el número de contratos indefinidos pasando de 305.000 a 628.000 y se creó casi un millón de empleos para ellos, a la vez que se eliminaba el contrato basura en 1997.

Tampoco consideraron nuestro jóvenes el esfuerzo hecho educación, donde el gasto público creció en términos reales un 27%, mientras el número de alumnos caía en un 10%, concretamente desde 1995 hay 1.100.000 estudiantes menos en enseñanza no universitaria y 80.000 docentes más. Así, el gasto público por alumno ha pasado de 1.700 euros en 1995 a más de 3.100.

Es una lástima que los jóvenes reivindicativos en España hayan desaparecido ahora que no se ha creado el Ministerio de la Juventud prometido por Rodríguez Zapatero, ni se ha creado la Agencia Pública de Alquiler para facilitar su acceso a la vivienda, ni tampoco se ha tomado ninguna medida para reducir la temporalidad del empleo juvenil, congelándose las bonificaciones para contratos indefinidos que el último presupuesto popular aumentó en un 21,4%.

Confío en que antes o después los jóvenes que tan visibles se hicieron hace unos meses recuperes su protagonismo.