Javier Moliner ha jurado esta mañana su cargo como presidente de la Diputación Provincial de Castellón con el "sueño de construir un futuro de esperanza para Castellón". Moliner ha sido respaldado con el voto de los 18 diputados que el Partido Popular tendrá esta legislatura en la institución, de los 27 que la componen. El presidente saliente, Carlos Fabra y el alcalde de Castellón, Alberto Fabra, han sido dos de los principales testigos de esta histórica toma de posesión, después de 16 años de presidencia de Carlos Fabra.

Nada más tomar posesión de su cargo, Moliner ratificó su "compromiso de trabajo y lealtad" institucional. "Nuestro objetivo –ha dicho- es lograr una Diputación que ponga en marcha esta provincia y que vele por su prosperidad y progreso". Además, ha concretado este compromiso "con las miles de familias que esperan una forma de gobernar que les retorne la confianza, la ilusión y la sonrisa".

El presidente de la Diputación ha destacado el respaldo de las urnas. "Ante movimientos que promulgan otros gritos, quiero proclamar que solo la libertad y la democracia son solución ante el caos y la intolerancia", ha recalcado. Sin embargo, ha exigido responsabilidad a los 27 diputados que han tomado posesión de sus escaños, para que den "su apoyo explícito a aquellos proyectos en los que nos jugamos el futuro de Castellón". Para ello, Moliner asegura que "propiciaré una política de consensos sobre los grandes temas. Los ciudadanos nos han dado a todos un mensaje muy claro. Están preocupados. Y esa preocupación sólo la podemos calmar buscando soluciones a sus problemas".

Moliner es consciente de que la clase política está en el punto de mira de los ciudadanos, por lo que exige que "todos y cada uno de los aquí presentes deberá ser ejemplo de humildad, honradez, vocación de servicio, cercanía con las gentes que nos han elegido, entrega y responsabilidad".

La legislatura que hoy ha comenzado va a ser, posiblemente, la más complicada de estás más de tres décadas de democracia por culpa de la crisis económica. Por eso, Javier Moliner es consciente de que "no va a ser fácil. Vamos a tener que tomar decisiones guiadas por la responsabilidad". Frente a las políticas más tradicionales, ha explicado que "habrá que apostar por nuevas fórmulas. Habrá que derrochar talento en la gestión. Y habrá que tomar decisiones complejas, pero cuyo resultado merecerá la pena".

"Esta provincia tiene el valor del dinamismo de su gente y de la capacidad de sacrificio demostrada. Sólo hace falta volverla a poner en marcha", ha valorado el presidente de la Diputación. Por eso ha insistido que, siguiendo este espíritu emprendedor, "no voy a ser conformista. Quiero una provincia ambiciosa, con garra, con motivación y con empuje".

Como ejemplos concretos para lograr este impulso económico, Moliner se ha referido a la necesidad de "potenciar nuestra posición estratégica como puerta de entrada a Europa desde el Mediterráneo. Hemos de convertirnos en la rótula del movimiento logístico". Además, está convencido de que "la puesta en servicio del aeropuerto debe servirnos para sacar el máximo rendimiento a ese tridente mágico que nadie más posee: excelentes playas, riquísimo interior y envidiable clima. Por ello, el turismo será la gran apuesta de trabajo de esta Diputación durante este mandato".

"Castellón necesita una Diputación fuerte, que tire del carro. Una administración que se reinvente y se ponga a disposición del tejido económico para aportar todo lo que esté en nuestras manos", ha insistido el nuevo presidente de la Diputación. Sin embargo, es consciente de que hay que dar ejemplo desde dentro, por lo que "si nuestras familias han sabido ajustarse el cinturón ante la crisis, las instituciones deben ser ejemplo de austeridad".

Para finalizar, Moliner ha dejado patente que el espíritu reivindicativo va a seguir ligado a la figura del presidente de la Diputación de Castellón, tanto de cara al Gobierno de Madrid como a la Generalitat valenciana. Por eso ha asegurado que "ahora queremos infraestructuras necesarias para nuestro relanzamiento económico. Y no lo queremos por caridad, sino que lo queremos en justa compensación por nuestro trabajo".

Y todo ello con un único fin: "Es momento de convencernos todos de que Castellón sigue siendo una tierra de oportunidades", ha finalizado.