La Universitat Jaume I (UJI) abandera, junto con la Universitat de València (UV) y la Politècnica (UPC), un sistema de inteligencia artificial que permitirá prevenir la depresión a través de internet mediante una aplicación on line para la identificación de patrones. Los investigadores aseguraron ayer que en un plazo de dos años podría estar lista una plataforma para el tratamiento de enfermedades mentales, que será 50 veces más rentable que el tradicional, aunque para ello, reivindicaron, necesitan “financiación”. Lo explicaron las directoras del laboratorio de Psicología y Tecnología Labpsitec de la UJI, Cristina Botella; y Rosa Baños, de la UV, al conseller de Educación, José Císcar; y el rector, Vicent Climent, al exponer los proyectos para el tratamiento virtual de problemas de salud mental, que ya se está aplicando en el Hospital General de Valencia y que podría ampliarse a toda la Comunitat.

El conseller incidió en la “colaboración de la Generalitat con estos proyectos de excelencia científica, cuyas investigaciones revertirán en pocos años en la sociedad castellonense y valenciana”. El proyecto Probientic, del tridente UJI-UV-UPV, cuenta este año con una dotación de 765.000 euros de los proyectos Prometeo, constituyendo, en palabras de Císcar, uno de los ejes estrella. Tres son las patas de esta investigación de e-asistencia: el tratamiento de los transtornos adaptativos, fobias o depresión; la prevención de la obesidad en niños de 10 a 13 años, y promover la teleasistencia de mayores. Para ello han creado, respectivamente, tres sistemas de trabajo que ya han sido probados por cientos de usuarios reales: Teo, Etiobe y Mayordomo.

Realidad virtual y sistemas móviles pueden ofrecer “más efectividad y una mayor sostenibilidad económica” a la psicología clínica, “desatascando la atención primaria”, señaló Botella. Se aplica a la depresión, a la claustrofobia, el miedo a arañas o cucarachas, a volar, hablar en público, a sitios cerrados, el estrés postraumático, trastornos alimentarios, en pacientes que han pasado un cáncer o han perdido su trabajo, algo tan a la orden del día, dijo.

Los científicos señalaron que el Etiobe, que ha tenido unos resultados iniciales “muy prometedores”, se podría aplicar en los colegios “ante el alarmante aumento de la obesidad” en unos dos años, como puntualizó el conseller.