El 23 de diciembre de 1934 Castellón acaparó buena parte de las portadas de los periódicos de todo el país. Una serie del primer premio del sorteo extraordinario de la lotería de Navidad, el 2.686, se había vendido en la administración de la calle González Cherma, hoy calle Enmedio. Lo curioso de todo aquello fue que el lotero, Juan Carrión González, había vendido casi todas las papeletas la misma mañana del sorteo. Cuentan las crónicas de la época que ese mismo día, al levantarse, Carrión preguntó a sus dependientes cuánto papel faltaba por vender. Al saber que faltaban 8.000 pesetas por colocar, cogió los billetes y salió a venderlos entre sus amistades. Los agraciados, la inmensa mayoría socios del Círculo Mercantil, se repartieron 715 millones de pesetas. Una auténtica fortuna.

Hace 83 años el Gordo aterrizó en Castellón, pero la historia de la lotería en la provincia es muy anterior. Porque aquí la suerte llegó a finales del siglo XIX, cuando abrió sus puertas la administración número 1 de la capital, la más antigua de la provincia. En la misma época en la que se ponía en marcha La Panderola, se levantaba el Hospital Provincial y se inauguraba el Teatro Principal, en la ciudad se empezaron a vender los primeros boletos. Hoy, más de 120 años después, quienes están al frente de las administraciones más longevas de la provincia, siguen despachando con la misma pasión e idéntica ilusión con la que lo hicieron sus antepasados. La suerte, dicen, lo puede todo.

María Soledad Gozalbo y su hijo Vicent Cubedo están al frente hoy de la número 1 de Castellón, en la calle Ruiz Zorrilla. «Nosotros llevamos desde noviembre del 2016, pero sabemos que esta administración abrió sus puertas a finales del siglo XIX y es la más antigua de la provincia. Llevar todo ese peso de la historia es un orgullo y toda una responsabilidad», apunta Vicent Cubedo, que ha bautizado su negocio con el nombre comercial de El Lotero de las Gafas.

Cubedo lleva poco más de un año dirigiendo la administración decana de Castellón, pero la familia Pastor de Morella lleva un siglo vendiendo boletos. En agosto de 1917 abría sus puertas en la calle Mare de Déu de la Vallibana la administración número 1 de Morella. «El negocio lo empezó mi abuelo Rafael Pastor. Luego lo llevó mi tía, mi padre y ahora la titular soy yo», apunta María Jesús Pastor Aguilar, que confía en que el viernes la fortuna les traiga un regalo de cumpleaños en forma de Gordo de Navidad.

Vicent Moliner es otro de los loteros veteranos de Castellón. Su madre, Pasquala Meseguer, entró a trabajar en la administración número 1 de Vinaròs a finales de los sesenta. «A partir de 1977, y tras la jubilación de la anterior propietaria, la administración pasó a ser de nuestra familia. Primero la regentó mi madre, luego yo y ahora la titular es mi hija Maribel», cuenta Moliner que se enorgullece de que la número 1 de Vinaròs vendió una serie del Gordo en 1964. Ese 22 de diciembre el número 20466 repartió en la localidad y en buena parte de la comarca 37,5 millones de pesetas.

VINARÒS y los NIÑOS DEL CATECISMO

Otro momento histórico para la número 1 de Vinaròs fue el sorteo del 6 de mayo de 1969. La lotería que vendieron los niños del catecismo resultó agraciada con el primer premio y, en total, tocaron 100 millones de pesetas que estuvieron muy repartidos, dado que por cada papeleta vendida a 10 pesetas correspondía un premio de 80.000 pesetas.

Con la misma pasión con la que Vicent Moliner recuerda sus años como lotero, Javier Pueyo explica qué siente cada mañana al levantar la persiana de su administración, la número 4 de Castellón, otra de las históricas. Su familia lleva al frente de este negocio desde marzo de 1969, primero en la calle Mayor y desde 2011 en la plaza Santa Clara. El pionero fue su abuelo, Consejo Jarque Gómez. Después, la administración pasó a manos de su madre y desde el 2012 él es el titular. «En 2019 cumpliremos 50 años», explica desde su administración El Fadrí. Javier dice tener muchos motivos para sentirse orgulloso de su profesión. «Tengo abonados de cuarta generación y me parece maravilloso ver como hay nietos que juegan a los mismo números que jugaban sus abuelos», describe. Solo en los últimos años, El Fadrí ha dado más de 20 premios mayores. Solo se le resiste el Gordo de Navidad. «Este año no se nos escapa», augura.