Veinte pequeños empresarios de Castellón han sido detenidos por su presunta vinculación con la trama de facturas falsas --ya reconocida por varios de los principales implicados-- que durante años se ha llevado a cabo en la Subdelegación del Gobierno de Castellón, según ha podido saber Mediterráneo. Dos miembros de larga trayectoria del órgano gubernamental, el hasta ahora habilitado de gastos --una función similar a la del tesorero o interventor-- y otro ya jubilado que ejerció esa misma labor en la sede de la plaza de la Paz han sido arrestados como presuntos líderes del fraude.

La investigación del juzgado de Instrucción número 1 y la Policía Nacional abarca la última década, con Antonio Lorenzo y David Barelles al frente, aunque las supuestas irregularidades afectarían también a etapas anteriores, que ya se encuentran prescritas. Se trata pues de una actividad, presuntamente delictiva, sostenida y prolongada en el tiempo, con un modus operandi definido.

EL ‘MODUS OPERANDI’ / El trabajador de la Subdelegación en activo detenido, de 57 años y con casi 30 de servicio, tramitó una gran cantidad de facturas falsas, a través de pequeñas empresas de la provincia. Entre ellas hay papelerías, droguerías, establecimientos de impresión, tiendas de electricidad, de pintura y también de fontanería, según ha podido conocer este diario de fuentes fidedignas. El tesorero y también así el exempleado ya jubilado compraban en los distintos establecimientos diversos productos para su disfrute, el de sus familiares y amistades, pero pedían en estos negocios que en el recibo, supuestamente, constara otro concepto y que lo emitieran a cargo de la Subdelegación del Gobierno.

Por ejemplo, una droguería emitía una factura de mil euros al mes en lejía y amoniaco para la institución estatal, cuando en realidad lo que se habían adquirido eran perfumes y productos cosméticos. Entre los detenidos se encuentran estos pequeños empresarios --incluida la dueña octogenaria de una tienda de la capital-- quienes accedían a falsear los objetos adquiridos.

PAGOS EN EFECTIVO / En otros casos, el fraude era todavía más claro y se hacía con dinero en efectivo. Presuntamente, los miembros de la Subdelegación se compinchaban con distintos gerentes de los negocios para que estos últimos emitieran facturas por servicios inexistentes y, una vez la Subdelegación hubiese pagado, repartirse el dinero al 50%.

Muchos de esos comerciantes han reconocido ahora estas prácticas y se han escudado en que «los tiempos de la crisis eran muy malos», asumiendo el engaño.

La persona que ha sacado a la luz el escándalo de la institución es una funcionaria, quien descubrió hace un año ciertas irregularidades en facturas de gasolina y comenzó a indagar, poniendo estos hechos en conocimiento de la policía. Sin embargo, analizados decenas de recibos, el fraude iría mucho más allá de los repostajes que levantaron las sospechas y la instrucción del caso continúa para determinar el alcance real.