«No le toquen nada; déjenlo todo como está, no se lleven nada». Así eran los gritos desesperados de quien ayer perdió para siempre a una hija. De esa manera se reflejaban los intentos de una madre por guardar «algo» de lo que significó para ella la corta vida de su ser querido. Y así se lo decía a los guardias civiles que todavía seguían en el piso donde ocurrieron los hechos, en el núcleo de San Isidro, en el municipio de Granadilla de Abona (al Sur de Tenerife), antes del mediodía.

La tragedia llegó a esta familia natural de León en una templada madrugada, justo en la jornada en la que se celebraba la lucha contra la violencia de género. Sara, de 26 años, fue brutalmente acuchillada y degollada por su pareja en la vivienda en la que también residía la abuela de la víctima. No fue un hecho silencioso. Hubo gritos y activación de los cuerpos de seguridad y del personal sanitario, pero llegaron tarde. La joven había muerto cuando los agentes de la Policía Local entraron en el domicilio.

Algunos residentes en el edificio habían escuchado peleas otras veces. Sin embargo, Sara no había interpuesto denuncia por violencia de género contra Jaime, el presunto autor del crimen, según confirmaron ayer tanto el delegado del Gobierno en el archipiélago, Juan Salvador León, como la concejala de Seguridad Ciudadana de Granadilla, Candelaria Rodríguez. Sara es la víctima número 52 en el 2019.