El sistema sanitario ha sufrido desde la explosión de la epidemia, hace ya casi un año, una metamorfosis total. En las últimas semanas, la tercera embestida del covid ha dinamitado de nuevo los cimientos sobre los que se asienta todo el entramado asistencial, transformando la ola de contagios en una montaña vertical. Y al igual que sucedió el pasado marzo, la actividad ordinaria en los hospitales y centros de salud de la provincia ha vuelto a complicarse: se han suspendido todas las operaciones y pruebas diagnósticas no urgentes para responder al creciente número de enfermos por coronavirus y, ante el colapso hospitalario, el enfermo vuelve a tener miedo de acudir a Urgencias o pedir cita con su médico de cabecera. ¿La consecuencia? El diagnóstico de muchos casos de cáncer se está retrasando y , lamentablemente, eso se traducirá en un incremento de la mortalidad.

Los datos que maneja la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) revelan que cada año se diagnostican en Castellón unos 3.400 nuevos tumores y la tasa de curación supera ya el 55%. Pero el impacto de la pandemia, con todos los recursos sanitarios volcados en atender a los enfermos de covid, está siendo caldo de cultivo de una auténtica bomba de relojería. Dos ejemplos. La AECC acaba de publicar un estudio en el que concluye que entre marzo y junio del 2020 se diagnosticaron en España un 20% menos de tumores y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) también calcula que el año pasado se detectaron entre un 15 y un 20% menos de cánceres. Y todas esas cifras traducidas a Castellón equivalen a entre 510 y 680 tumores sin diagnóstico o con una evaluación tardía. Y durante esta tercera ola volverá a suceder lo mismo. «Habrá de nuevo un retraso en el diagnóstico de cánceres, con diagnósticos en estados más avanzados, necesidad de tratamientos más agresivos, y, en ciertos casos, pérdida de la oportunidad de curación», dice la doctora Isabel Echevarría, secretaria científica de la SEOM.

VOLCADOS EN ENFERMOS COVID

Con un sistema volcado en atender a los enfermos covid (hay casi 470 ingresados en los hospitales de la provincia, y más de 50 en la UCI) y unos profesionales sanitarios exhaustos, todas las demás enfermedades han quedado en un segundo plano. Pero el cáncer no espera. «La situación la estamos viviendo con una gran preocupación y, sin duda, el covid va a tener un importante impacto en los enfermos de cáncer», apunta Carlos Ulldemolins, presidente de la Asociación Española contra el Cáncer en Castellón (AECC) y, además, especialista en medicina de trabajo. «A los enfermos nunca se les ha dejado de atender y todo los pacientes han recibido las sesiones de radioteparia y quimioterapia. El problema es que, pese a que los profesionales están haciendo todo lo que pueden y más, el sistema está colapsado y eso puede afectar principalmente a los pacientes en fase de diagnóstico», añade.

El retraso en la detección se traducirá en tratamientos más largos y con peores pronósticos. Los especialistas insisten en que la demora de un mes en el tratamiento oncológico, en cirugía, radioterapia o quimioterapia aumenta la mortalidad entre un 6% y un 13% y sigue incrementándose cuanto más se aplaza la terapia. Pero más allá de los pacientes ya en tratamiento, lo que más preocupa a los especialistas es el limbo en el que se encuentran muchos enfermos, que comienzan a notar síntomas sospechosos y que no acuden al médico o tardan en hacerlo, bien por miedo al contagio o porque su centro de salud está desbordado.

Los enfermos de cáncer son víctimas colaterales de la pandemia y los oncólogos auguran que, cuando se normalice la situación, sus consultas se incrementarán. «Es probable que eso ocurra y el único culpable es el virus. No es un tema ni de gestión ni de falta de recursos, ya que todo el sistema sanitario está trabajando al 120%, dice Alfredo Sánchez, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Provincial de Castellón.

EL PROVINCIAL NO HA PARADO

El doctor Carlos Ferrer, director del Instituto Oncológico del Hospital Provincial de Castellón, también constata que tras la primera ola del covid, que obligó a suspender temporalmente las pruebas de screening, empezaron a llegar al centro tumores mucho mas avanzados de lo habitual, «como hacia años que no habíamos visto en nuestro hospital», explica. Sin embargo, ahora la situación es muy diferente «El Provincial es un hospital libre de covid, de manera que está siendo utilizado por equipos quirúrgicos de toda la provincia para intervenir los tumores que se presentan y los servicios de Oncología Médica y Radioterápica no han interrumpido los tratamientos ni un solo día», describe.

Durante el 2020, el Hospital Provincial realizó 16.175 sesiones de quimioterapia, 20.000 de radioterapia y el número de primeras visitas rondó las 23.000, según datos del propio centro. «En Castellón tenemos la fortuna de tener un hospital, el Provincial, que es no covid y eso permite que absolutamente todos los pacientes sigan recibiendo su tratamiento», insiste el doctor Alfredo Sánchez

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Pero más allá de los retrasos en los diagnósticos, el covid está afectando también al estado psicológico de la mayoría de enfermos que reciben tratamiento. Luisa Martínez, psicóloga clínica de AECC Castellón, cuenta hay pacientes que se han autoconfinado y afrontan el cáncer con un miedo añadido. «Estrés, ansiedad... son algunos de los efectos mayoritario, sobre todo durante los tres picos de la pandemia», finaliza.