El Ayuntamiento de Castellón sumará el uso urbano de la cerámica a la remodelación de la avenida de Lledó y, de esta forma, reforzará su apuesta por este material en las obras públicas de la ciudad. 

La intervención en esta zona, cuyas obras comenzarán a finales de año según las previsiones municipales, contempla la utilización de un pavimento cerámico drenante innovador como solución de desagüe urbano sostenible ya que se trata de un sistema basado en el empleo de baldosas en stock (de forma que se disminuyen las emisiones de CO2 asociadas a la fabricación de nuevos materiales de pavimentación). Además, contribuirá aumentar las superficies permeables, a reutilizar el agua almacenada durante el periodo de lluvias y a reducir también volúmenes de escorrentía y caudales.

Estos pavimentos cerámicos drenantes permitirán, del mismo modo, reducir el estrés térmico en la remodelada avenida de Lledó junto a otras soluciones como son las láminas de agua y nuevas zonas de arbolado y de sombra que contempla el anteproyecto. Junto a esta piel cerámica, el azulejo tendrá otros usos que se definirán en el proyecto definitivo que se perfilará en las próximas semanas ya que el martes 18 de mayo finaliza el plazo (ha tenido que ampliarse un mes debido a los problemas generados por el hackeo) de presentación de ofertas para ejecutar esta remodelación presupuestada en 3,3 millones de euros (50% del Ayuntamiento de Castelló y 50% de fondos Feder) y que cuenta con un 15 meses para su ejecución. 

Apuesta municipal

En este sentido, la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, afirmó ayer a este diario que en esta obra «apostamos de nuevo por el uso de la cerámica y por usos innovadores».

«La reforma de la avenida de Lledó nos permitirá impulsar una transformación urbana sostenible que sitúe a Castelló en la vanguardia del urbanismo de calidad basado en criterios de sostenibilidad y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible», destacó la primera edila.

Los trabajos contemplan la remodelación de toda la avenida de Lledó, desde la plaza María Agustina hasta la basílica del Lledó e implicará la eliminación del carril de circulación de entrada a la ciudad desde la escultura de Tombatossals al centro, así como la ejecución de un carril bici, zona peatonal y la supresión de la valla del parque Rafalafena.