Castelló va a ingresar en el 2022, en concepto de IBI, 3,37 millones de euros menos que hace 8 años, según una información hecha pública hoy por el Ayuntamiento, desde donde la alcaldesa, Amparo Marco, defiende que esta reducción supone que, porcentualmente, los vecinos están pagando menos impuestos porque la ciudad «es un ejemplo de la apuesta del gobierno municipal en favor de una fiscalidad más justa y sensible con la realidad económica de las familias».

Las arcas municipales recibirán este año 57,4 millones de euros por este impuesto —un 5,5% menos que en el 2014—, por «las consecutivas rebajas del gravamen y de los valores catastrales», como detalla Marco. En concreto, las reducciones de los valores catastrales han supuesto un descenso acumulado del 18% desde el 2017. Desde el Ayuntamiento recuerdan que las revisiones catastrales «suponen una modificación de la valoración del inmueble, que es la base sobre la que se aplica el gravamen fijado por cada municipio para el pago del IBI». La alcaldesa especifica que si en el 2014 el coeficiente municipal era del 0,85, en la actualidad está fijado en el 0,69.

Como ejemplo del impacto de estas medidas fiscales en una economía familiar, han explicado que «para una vivienda con valor catastral de 100.000 euros, se ha pasado de pagar 800 a 690 euros».

Menos ingresos

Antes de la aplicación de esas rebajas Castelló recibía 60,7 millones por el IBI de urbana, frente a los ya mencionados 57,4 que contabilizará este año. En total, según la alcaldesa, los impuestos directos suman 93,72 millones de euros en el presupuesto municipal, «un 2% menos que en el año anterior». Y eso ha sido posible, como remarca Marco, porque «encaramos un nuevo ejercicio con la economía municipal saneada, lo que nos permite afrontar los retos de la gestión municipal y continuar generando oportunidades y bienestar para la ciudadanía».

Sobre la misma cuestión también ha realizado una valoración el concejal de Hacienda, David Donate, quien entiende que el gobierno municipal «ha introducido criterios para una fiscalidad más social, pasada en la progresividad y la proporcionalidad». La postura del Ayuntamiento de Castelló ha sido, según el edil, «ponernos en la piel de las familias» y tratar de «minimizar el impacto económico de la emergencia sanitaria».