OPINIÓN

La opinión de José Luis Lizarraga | El grial albinegro de Bob

Bob Voulgaris, en una rueda de prensa en Castalia.

Bob Voulgaris, en una rueda de prensa en Castalia. / Mediterráneo

Leía el otro día una respuesta de Bob Voulgaris en las redes sociales a un aficionado albinegro. Con mucha corrección y educación, pero también haciendo prevalecer su posición de presidente, respondía ante la cierta lentitud con la que se están tomando las decisiones en el club, con aquello de cómo estaba antes y cómo está ahora la situación de la entidad. Es evidente que razón no le falta, pero eso choca un poco con aquello que siempre ha esgrimido de que llegó como custodio del santo grial que es el CD Castellón. Y con esa etiqueta ha contado con todos los parabienes y elogios, incluidos de quien suscribe, desde su llegada. 

 Primero porque quien arriesga su patrimonio merece un respeto y segundo porque han demostrado seriedad en su gestión. Ninguna duda de lo que estoy escribiendo y contando. No obstante, este preámbulo de reconocimiento no implica que Voulgaris y su equipo van a contar también con un análisis crítico, que no destructivo, de su gestión al frente de un club que forma parte del patrimonio sentimental de miles de aficionados albinegros. Y el presidente, con su carácter anglosajón, tendrá que soportar que en determinadas ocasiones se le discutan sus decisiones, algo que también espero pase en el seno interno. De lo contrario, sería el presidente de un club con una masa social fría y anónima que no vive su equipo con pasión. Y él pone el dinero en el Castellón, pero sin esos muchos miles de albinegros el club no sería nada.

El Castellón lleva desde el 18 de diciembre sin entrenador o, mejor dicho, con un técnico interino. Mucho tiempo y el equipo acumula seis jornadas sin ganar y ya a cuatro puntos del líder. Y este año se presenta una oportunidad única para regresar al fútbol profesional. Las decisiones se dilatan demasiado y ya no sé si es porque la cadena de mando está muy condicionada por la voz del propietario o porque forma parte del método.

Es obvio que la manera de trabajar de Voulgaris y su equipo es distinta a la que estamos acostumbrados. Ni mejor, ni peor, en principio y hasta que no se demuestre lo contrario, que otras, solo diferente. No conozco a Ramón Soria ni su experiencia. Ha trabajado en firmas que ofrecían la ingente cantidad de datos que ofrecen las nuevas tecnologías en el fútbol. Ahora le llega una gran oportunidad de demostrar su conocimiento. Una parte del éxito está en sus manos como mánager de reclutamiento.

La Big Data es una herramienta fantástica que ofrece una ingente cantidad de información. Siempre importante y los clubs de élite ya la utilizan, pero luego está el criterio humano con la toma de la última decisión basada en otros aspectos que los números no ofrecen. Luego está saber amoldarse al lugar al que llegas. Y Castelló tiene su idiosincrasia. En España se necesita una comunicación más fluida con la gente y que los aficionados sepan quién está lesionado, más visibilidad y otro tipo de transparencia que no les alejen de su equipo, más cuando estamos hablando de una categoría como la Primera Federación.

Voulgaris tiene que tener en cuenta dónde está. Un primero paso es recuperar el feeling con la plantilla, a la que noto en un bajón moral importante desde la destitución de Torrecilla, como si los jugadores no estuviesen acostumbrados a su método. Y ellos son los que marcan los goles. El Castellón no son los Dallas Mavericks ni tampoco un club de la Premier. Somos diferentes. Pero queremos a nuestro club y estaremos dispuestos a apoyar, pero vigilantes. PPO. 

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