El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, asegura que los importantes crecimientos de ventas registrados en el primer semestre del actual ejercicio responden a cuestiones "circunstanciales" y, de manera principal, a la interrupción del suministro que el año pasado se produjo por el covid. En cualquier caso, lo más grave para Nomdedeu es el aumento de los costes que merma notablemente la rentabilidad de las empresas. 

¿Cuál es la radiografía actual del sector azulejero?

El sector ha mantenido en el primer semestre de 2021 la inercia positiva que se inició en el último semestre de 2020. Es una tendencia que se está consolidando por causas muy concretas. En primer lugar, porque en economía todo el mundo sabe que si se corta la cadena de suministro se multiplican los pedidos cuando vuelve a reactivarse, pero esto no es estructural, por lo cual las ventas que se están produciendo ahora no son estructurales sino circunstanciales. 

Otra razón es el antidumping de Estados Unidos contra China, que ha favorecido que nuestras ventas se incrementen. También ha influido el antidumping del Golfo contra China y contra India, que ha ayudado a que nuestras ventas se incrementen, por ejemplo, en Arabia Saudí, que en el ranking del primer semestre de 2021 ha pasado a ocupar el cuarto país. Estas son las principales razones por las que nuestras ventas siguen subiendo.

¿Qué mercados son los que más aumentan su demanda de cerámica española?

La cercanía del destino con el centro de producción es otra de las causas de crecimiento. Y así, por ejemplo, Marruecos ha pasado a ser el sexto país. Otro mercado nuevo que aparece entre los 10 primeros es Bélgica, porque la cercanía hace que cueste menos llevar al azulejo y son capaces de pagar más. En exportación hemos crecido un 35,7% en el primer semestre y crecemos en los principales países del mundo: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia han subido, pero España sigue siendo nuestro primer cliente con el 24% de las ventas.

Europa es la segunda zona de ventas con el 42 %, Norteamérica es la tercera. Los países más lejanos no crecen, a nuestro azulejo le cuesta mucho viajar.

¿El sector no puede mantener estos porcentajes de crecimientos?

En exportación hemos crecido un 35,7% y en el mercado nacional, por su parte, el crecimiento de ventas ha sido del 44% en el primer semestre. Estos crecimientos brutales, tanto en exportación como en nacional, son difíciles de mantener porque además se comparan con un primer semestre de 2020 que no fue un semestre normal. 

Por el contrario, el segundo semestre del año pasado ya fue un periodo de gran crecimiento en exportación y en nacional, y eso va a dar, a partir de ahora, menores porcentajes de crecimiento, además hay otros factores que nos penalizan: la incertidumbre de la pandemia, la incertidumbre económica que nos rodea y la incertidumbre del medio ambiente con la transformación tan explosiva que se quiera hacer en Europa hacen muy difícil pronosticar nuestro futuro.

Pese a todo, ¿qué previsiones maneja Ascer para el cierre de este año 2021?

En comercio exterior, esperamos que acabe el año con un crecimiento en torno al 15% y nos movemos en una horquilla que va del 10%, en el peor de los escenarios, al 20%, en el mejor de los casos. En cualquier caso, se trata de crecimientos bastantes menores que los registrados en el primer semestre. En el mercado nacional, estimamos que podemos acabar 2021 con un aumento de las ventas que oscilarán entre un 20% y un 30%. En conjunto, la facturación del sector cerrará 2021 con un crecimiento que se moverá entre el 12% y el 22%, con respecto a 2021. En cuanto a producción, estaremos en un crecimiento de alrededor del 15%, teniendo en cuenta que el año pasado bajamos casi un 5%. 

Estos son los datos positivos, pero ¿cuáles son los negativos?

Todo lo que está pasando está haciendo que el sector cada día tenga menos beneficios. En todas las empresas no pasa lo mismo, pero hay poquitas empresas que están en la parte buena del dato y muchas empresas que están en la parte mala del dato. 

El crecimiento es, lógicamente, desigual. En el informe de Altair del año pasado ya se hablaba de grandes caídas de Ebitda y de rentabilidad: el 38% de las empresas redujo beneficio por encima del 19% el año pasado. La rentabilidad. 

¿Qué factores influyen en esa pérdida de rentabilidad?

Tenemos un incremento de costes en casi todos los factores de producción: energía, materia prima, componentes, embalajes, logística, fletes marítimos… La principal subida se está produciendo en el gas. El continuado incremento del precio del gas nos está matando. 

Si suben de manera descontrolada los costes y nosotros no somos capaces de aplicarlos en la tarifa o los aplicamos tarde, la competencia que tenemos en materia de exportación nos impide aplicar esas subidas de tarifa por la competencia internacional. 

¿Y cuál es la postura de la Administración?

Nuestra indignación es porque las autoridades hacen poco caso de nuestras demandas. Algunos incluso las entienden y se las creen, pero hacen poco caso. No hay voluntad política de arreglar las cosas. Estamos jugando con el futuro de una provincia. El Gobierno de España y el de la Generalitat valenciana no sabemos si no hacen caso o es que no pueden hacer caso. Lo único que sabemos es que no aportan soluciones. 

Y sin soluciones cada vez habrá menos industria en general, no solo menos industria cerámica. El del C02 es un impuesto revolucionario, porque lo que se recaude en CO2 tendría que destinarse a innovación pero no sabemos dónde se destina. 

¿Este escenario es una llamada a la deslocalización?

Los italianos no han vuelto a subir la producción en Europa desde la crisis de 2009, ellos sí que han hecho una internacionalización productiva estratégica en algunos casos y otras veces forzosa. 

La deslocalización no es necesaria, pero la multilocalización para estar más cerca del cliente sí, pero manteniendo el cuartel general aquí para seguir siendo líderes.