Materias primas

Las minas de la Comunitat ganan peso como proveedores para la cerámica de Castellón

La guerra en Ucrania ha supuesto cambios en la dinámica de los fabricantes, y los extractores afirman que les venderían más de reducirse la burocracia

Un camión descarga arcilla para la fabricación de cerámica.

Un camión descarga arcilla para la fabricación de cerámica. / Mediterráneo

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

Una de las principales conclusiones de la última edición del congreso Qualicer fue la reflexión sobre las materias primas dedicadas para la cerámica, y la idoneidad de que sean, dentro de lo posible, de kilómetro cero. La guerra en Ucrania, país donde se extraía la mayor parte de la arcilla blanca para la fabricación de productos porcelánicos en las industrias de Castellón, hizo temer por la carestía de materiales. Todo el sector tuvo que ponerse manos a la obra para encontrar proveedores alternativos.

Más actividad

El presidente de la asociación de la asociación que agrupa a los extractores de sílices, caolines y arcillas (Asicar), Ricardo Rodríguez, menciona que en estos momentos las minas de la Comunitat «ya proporcionan del 15% al 20% de los materiales que necesitan las empresas cerámicas para fabricar pasta blanca». El territorio autonómico apenas tiene arcilla blanca, «pero cuenta con explotaciones para la extracción de caolines, especialmente en Valencia y Castellón», que son fundamentales para la elaboración de porcelánicos, que hace años desbancaron a los productos de pasta roja.

Más allá de este incremento de la actividad, Rodríguez pone de manifiesto la necesidad de que las administraciones ayuden a las explotaciones mineras, ya que la legislación y la burocracia suponen un problema. Por eso, el presidente de Asicar anuncia que en breve tienen previsto mantener un encuentro con el secretario autonómico de Industria, Felipe Carrasco. 

"Lastres administrativos"

Ricardo Rodríguez detalla que disponen de «cantidad y calidad suficiente de material», pero en la Comunitat existen «lastres administrativos, que llegan a generar agravios comparativos respecto a otros puntos de España». Cita las «desorbitadas fianzas de restauración», y el largo tiempo que transcurre entre la presentación de una explotación minera -o la ampliación de las existentes- y la aprobación definitiva. El principal ejemplo es la agilidad con la que se gestionan los permisos para las minas de arcilla blanca de Aragón. 

Los actuales responsables de la Generalitat han repetido en diferentes ocasiones el objetivo de simplificar los trámites. «Ahora que hay más fluidez con la administración queremos aprovechar», menciona el presidente de Asicar.

¿Recuperar la pasta roja?

Por otro lado, considera interesante la propuesta lanzada por algunos ponentes en Qualicer, sobre la posibilidad de aumentar la capacidad de fabricación en pasta roja. Las arcillas de este tipo proceden «casi al 100% de la Comunitat», aunque advierte que sería importante una labor de promoción. «Se llegó a hacer porcelánico con pasta roja, pero no funcionó a nivel comercial», concluye.