Almassora inicia una campaña para evitar excrementos de mascotas en la calle

El Ayuntamiento de Almassora se ha propuesto erradicar los comportamientos incívicos de dueños de mascotas, especialmente los de aquellos que pasean a sus perros y dejan los excrementos en la vía pública. Los concejales de Seguridad Pública y Medio Ambiente, Santiago Agustí y María José Tormo, respectivamente, han presentado esta mañana una nueva campaña de concienciación junto al intendente principal de la Policía Local, Roberto Verdoy.

La edil de Medio Ambiente ha presentado los 2.000 trípticos que ha editado su departamento con papel reciclado y que recuerdan las obligaciones de los dueños de perros. La actuación de la Policía Local será determinante en esta iniciativa para lograr una ciudad más higiénica. Así, los agentes recorrerán las áreas más castigadas y repartirán los folletos informativos, además de recordar a los vecinos que las multas por no recoger excrementos ascienden hasta a 600 euros.

Su presencia se intensificará para perseguir estos comportamientos y atender así las quejas vecinales por la falta de sensibilidad de algunos propietarios de mascotas, tal como han acordado con Seguridad Pública. Santiago Agustí ha incidido en que los agentes redoblarán esfuerzos para, en último término, castigar a quienes no recojan los excrementos de la vía pública. “Las sanciones y la concienciación deben dirigirse al esfuerzo común de erradicar un comportamiento que no representa a la gran mayoría de los dueños de perros pero que afecta a la imagen del conjunto”, según Agustí.

La advertencia de las multas de hasta 600 euros figura también en las 51 señales que la Policía Local, en colaboración con Servicios Públicos, distribuirá en calles, plazas y alrededores de colegios y que advierten de las multas por incumplir la ordenanza municipal de convivencia ciudadana. Las nuevas placas, que tienen dos tamaños para ajustarse a farolas o jardines, son más visuales e incorporan el aviso de sanción económica para disuadir a los propietarios de mascotas. “Es una cuestión de imagen, pero también de salubridad, un comportamiento que rechazamos como representantes vecinales”, en palabras de Tormo.