Los huesos del rinoceronte prehistórico encontrados por un grupo de espeleólogos en una cueva de Borriol hace dos años han regresado ya al municipio, donde serán expuestos en su museo. El Ayuntamiento espera que este sea el paso previo en su intención de preservar el patrimonio histórico de la localidad, pues su objetivo es poder impulsar una investigación más concienzuda sobre el lugar donde aparecieron los restos, para lo que confían contar con la participación de las administraciones autonómica y provincial.

Así lo ha confirmado el alcalde del municipio, Hèctor Ramos, quien especificó que aunque su voluntad es clara, «con nuestros medios no podemos hacerlo». Por eso, considera necesaria la colaboración de la Generalitat y Diputación para determinar si «se puede sacar alguna cosa más», pues los espeleólogos confirman que había más restos en el mismo lugar.

Poco accesible

El principal hándicap es la inaccesibilidad de la cueva, lo que hace necesario personal especializado en este tipo de incursiones e investigaciones en un lugar que, tras el importante hallazgo, está protegido.

Como confirmaron los expertos, es un descubrimiento inédito de gran valor informativo. De garantizarse una exploración, no solo podría profundizarse en cómo llegó hasta allí el animal, sino que tampoco pueden descartarse nuevos hallazgos que, como reconoció el alcalde, podrían convertirse en un interesante recurso turístico para la localidad, que ya tiene previsto crear una vitrina específica en su Museu d’Història para poner al acceso de los visitantes los restos de su vecino más antiguo, en concreto uno que vivió en la zona hace sobre 1,3 millones de años, en la era del Pleistoceno.

El equipo de seis espeleólogos que dieron con los restos --de los clubs de Vila-real, la Vall d’Uixó y Castelló-- fue el encargado de donarlo al Ayuntamiento tras su restauración y estudio en el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i), donde se precisó la relevancia de su hallazgo, identificando 14 fragmentos --como los de una tibia, varias costillas, mandíbula o vértebra, entre otros--, del rinoceronte conocido científicamente como Stephanorhinus hundsheimensis.