L’Alcora ha unificado este jueves de forma masiva la arraigada defensa del parany en la Comunitat a través de una multitudinaria macroconcentración que ha demostrado que, aunque esta modalidad lleve más de 20 años prohibida, está más viva que nunca.
Más de 700 personas, entre políticos, aficionados, cazadores y taurinos, se han congregado en la plaza del Ayuntamiento de la capital de l’Alcalatén para exigir la regularización de esta práctica. Y, para ello, el primer paso es que la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica autorice las pruebas del cesto malla.
El salón de actos del consistorio, con un aforo estimado de 250-300 asistentes, se ha quedado pequeño ante el aluvión de paranyers que ha acudido de toda la provincia y el resto de Comunitat. Incluso de fuera de la geografía autonómica, ya que también se han acercado aficionados de la Vall d’Albaida (Valencia) o Alcanar (Tarragona).
Entre otros representantes políticos asistieron alcaldes y ediles de Sant Mateu, Vilafamés, Traiguera, Atzeneta, Càlig, Rossell, Vila-real, Moró, les Useres, la Salzadella, la Torre d’en Besora o Altura, además del anfitrión, Samuel Falomir.
Tras la lectura del manifiesto que protagonizó Miguel Ángel Bayarri, el presidente de la entidad organizadora del acto, Apaval, han firmado el documento para respaldar las pruebas de campo del cesto malla, lo que podría dar salida a la captura en vivo y suelta de los tordos y, en consecuencia, recuperar la antigua tradición del parany en una versión actual.
"20 años tratándonos como delincuentes"
"En lugar de darnos la oportunidad, como sentenció el TSJCV, de probar el cesto malla en el campo y demostrar que nos esforzamos en reinventarnos, la Conselleria va a por nosotros sin conocer todo lo que representa el parany para miles de familias"
Provistos algunos de pancartas, la sensación más entre los paranyers era de incredulidad y hartazgo. «20 años tratándonos como delincuentes y ningún partido político lo ha solucionado, cuando en comunidades como Cataluña ya han comenzado un proceso de regularización», han comentado desde Apaval, que ha señalado directamente a la Generalitat.
«En lugar de darnos la oportunidad, como sentenció el TSJCV, de probar el cesto malla en el campo y demostrar que nos esforzamos en reinventarnos, va a por nosotros sin conocer todo lo que representa el parany para miles de familias», lamentaron.
Falomir, crítico, reprochó que sea «una modalidad de caza perseguida, discriminada y penalizada injustamente por gobernantes que toman decisiones, ajenos a la realidad de lo que ha representado en nuestras localidades».