Tras casi 20 años de espera, el colegio Jose Iturbi de Burriana estrenará nuevos accesos el próximo curso y se pondrá punto y final a la anómala situación que ha sido objeto de las demandas de padres, alumnos y profesorado. Para ello, el Ayuntamiento de Burriana ha licitado ya las obras para urbanizar el entorno del centro educativo que conllevará una inversión de 395.000 euros y abrir una nueva vía de servicio entre la avenida Jaume I y el Camí l’Axiamo. Una vez finalizado el trabajo del consistorio, Generalitat ejecutará las entradas diferenciadas para infantil y primaria durante los meses de verano.
El concejal de Educación, Ramón Monferrer, informó que «está previsto que las labores para construir la nueva calle duren unos cinco meses, un tiempo en el que los trabajos no interferirán de ninguna manera en la actividad diaria del colegio». Informó que, seguidamente, «la Conselleria de Educación lo tendrá todo preparado para construir las puertas donde fueron pensadas inicialmente».
Cabe recordar que, a pesar de que la infraestructura educativa está en marcha desde 2003, la autoridad autonómica no pudo firmar la recepción de las obras porque el equipo de gobierno del momento no cumplió el requisito de hacerse con unos terrenos.
Adjudicación en diciembre
Con el procedimiento administrativo ya activo se prevé que el contrato para dotar a la zona a la zona de los servicios urbanísticos necesarios esté adjudicado en diciembre. Según incide el edil, «es indispensable que se formalice antes de acabar el año porque la consignación presupuestaria procede de remanentes de este ejercicio». Así lo corroboró el pleno del pasado mes de agosto en el que se aprobó una modificación de créditos para disponer del presupuesto necesario y, de este modo, promover sin más retrasos este proyecto.
Un proyecto de largo recorrido que dará más visibilidad al centro
Son varias generaciones de alumnos los que han pasado por el colegio Jose Iturbi sin poder tener un acceso en condiciones. La asociación de padres del centro educativo ha denunciado durante años los graves problemas de seguridad debido al precario acceso por el que diariamente circulaban los niños y sus acompañantes. Este ha sido un proyecto de largo recorrido puesto que, previamente, el Ayuntamiento de Burriana ha tenido que expropiar los dos solares paralelos al centro educativo de 85.000 m2 de superficie.
Gracias a la insistencia del equipo directivo del centro y de las continuas reivindicaciones de los progenitores consiguieron algunas mejoras para evitar caídas y crear rampas para facilitar la entrada de carritos o personas mayores. La resolución, por fin, de la fallida planificación urbana, permitirá dar más visibilidad al centro que ha registrado una bajada significativa de las escolarizaciones al permanecer casi oculto entre una maraña de vallas y edificaciones al que se pondrá fin muy pronto.
