El PSPV estudia el calendario para que su congreso no choque con las elecciones gallegas

Puig asegura que la federación valenciana analizará las fechas de su proceso para no interferir en la campaña de la Xunta

Puig asegura que la federación valenciana analizará las fechas de su proceso para no interferir en la campaña de la Xunta

Puig asegura que la federación valenciana analizará las fechas de su proceso para no interferir en la campaña de la Xunta

Diego Aitor San José

Cuando Ximo Puig anunció en el Comité Nacional que daba un paso atrás y un congreso extraordinario decidiría en el primer trimestre de 2024 quién sería el nuevo líder del PSPV; al presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, todavía le quedaban seis días para disolver el parlamento autonómico y convocar elecciones. La distancia entre los dos hechos va más allá de los mil kilómetros que separan ambos territorios, sin embargo, la decisión de Rueda podría trastocar los planes de la federación valenciana del puño y la rosa.

"Es una cuestión que vamos a analizar", ha admitido este miércoles Puig. Galicia votará el 18 de febrero a su próximo presidente. Ese fin de semana era una de las fechas que el PSPV barajaba para la celebración del congreso extraordinario, aunque la que ha sonado con más fuerza es el 24 y 25 de febrero, la siguiente semana. Marzo estaba descartado porque es un mes casi inhábil por las fiestas de la Magdalena en Castelló y las Fallas en València. Pero eso era antes de que la campaña electoral gallega se desplegara sobre el calendario.

En el PSPV tratan de hacer encaje de bolillos con el objetivo de que el proceso interno "no entre en las expectativas políticas nacionales", es decir, en las elecciones gallegas. El secretario general de los socialistas valencianos admite que se va a "tener en cuenta" la convocatoria electoral y que una de las posibilidades es "retrasar el congreso", aunque el propio Puig señala que son "dos hemiferios distintos" y que no hay una conexión directa entre ambos acontecimientos.

Un cambio de gobierno en la Xunta sería un balón de oxígeno para Pedro Sánchez y el PSOE y un duro golpe para Alberto Núñez Feijóo y el PP. Parece complicado que el proceso interno del PSPV pudiera mover algún voto en Galicia, a más de mil kilómetros de distancia, pero sí que supondría un foco de distracción para Ferraz. Puig insiste en que haya un proceso "con la máxima cohesión" y eso pasa también por contar con el beneplácito de la dirección del PSOE que podría preferir que ambas situaciones no se solaparan.

Cuadrar el círculo

No obstante, la cuadratura del círculo es complicada y por eso la posibilidad de que haya acontecimientos del proceso de renovación del partido que coincidan con la campaña gallega parece casi asumido. De momento, la única fecha segura en los socialistas es que celebrarán su próxima ejecutiva el 8 de enero. En esta se debería convocar un Comité Nacional que sea el que ponga fecha y lugar al congreso extraordinario.

Pero un congreso no solo tiene de plazo la celebración de los dos días en que se ratifica al nuevo líder. También se deben fijar las fechas para la posible celebración de primarias si finalmente hubiera más de un candidato y es difícil que estas no coincidan con la campaña gallega. Según los estatutos del PSPV, se han de fijar fechas para una elección a doble vuelta por si en la primera votación no hubiera un candidato que lograse el 50 % de los apoyos. Estas han de celebrarse antes del congreso extraordinario.

Por plazos para presentación de candidaturas y recogida de avales, estas no serían antes de febrero, de hecho, es difícil que el Comité Nacional se celebre antes del 20 de enero por el tiempo mínimo de convocatoria según estaturos, haciendo inviable que se acelere el proceso. La campaña gallega empieza el jueves 1 de febrero por lo que evitar ese choque en el calendario es casi imposible. Solo se esquivaría esa circunstancia llevando el congreso a marzo... o logrando una candidatura de unidad, algo no descartado, pero tampoco encarrilado.