Mazón fía a Camarero la defensa de la unidad del Consell y acalla a Barrera

La vicepresidenta, elegida por el líder del Ejecutivo para repeler las críticas de la oposición al titular de Cultura por desmarcarse de una campaña LGTBI, minimiza las «discrepancias» y presume de gestión

Carlos Mazón, con sus vicepresidentes Vicente Barrera y Susana Camarero, este miércoles en Les Corts.

Carlos Mazón, con sus vicepresidentes Vicente Barrera y Susana Camarero, este miércoles en Les Corts. / José Cuellar / Corts

Mateo L. Belarte

Les Corts subió este miércoles el telón tras más de un mes sin actividad para celebrar la primera sesión de control del año al president Carlos Mazón, que el popular volvió a despachar sin rasguños. Por primera vez desde 2015, todas las portavocías de los grupos políticos estuvieron en manos de hombres. La sesión cumplió con el guion previsto: se convalidó el decreto de rebaja de precios en el transporte público hasta junio con los votos de PP y Vox mientras la oposición puso el foco en los «impagos masivos» del Consell y en las discrepancias internas entre PP y Vox. Este último punto tras el desmarque que el vicepresidente primero y conseller de Cultura, Vicente Barrera, había realizado 24 horas antes ante la campaña turística del Ejecutivo autonómico en favor del colectivo LGTBI y que Mazón tildó de «opinión personal».

La postura de la izquierda

La izquierda, que ya reclamó ese mismo martes el cese de Barrera, no tardó en pasar al ataque por este asunto y exigió a Mazón alejarse de las palabras del dirigente de Vox, que según PSPV y Compromís no son una «opinión personal» sino declaraciones «de odio» y «homófobas». 

Mazón y Barrera, en sus escaños durante la primera sesión de control del año en las Corts.

Mazón y Barrera, en sus escaños durante la primera sesión de control del año en las Corts. / JOSÉ CUÉLLAR/CORTS

El jefe del Ejecutivo autonómico, que habitualmente reparte juego y ordena desde su escaño el conseller que debe replicar, cedió la alternativa a la vicepresidenta segunda, Susana Camarero, cuya conselleria promueve la campaña cuestionada por Barrera. El vicepresidente primero no tomó la palabra en ningún momento. Tampoco lo hicieron los otros dos consellers de Vox.

Convertida en el escudo del Consell, Camarero admitió «discrepancias» en el seno del Gobierno valenciano pero las enmarcó en la normalidad. «Las mismas que en el Botànic», señaló antes de remarcar una diferencia: «Aquí se producen de otra forma, con lealtad», dijo la vicepresidenta.

La respuesta

Sobre el asunto concreto, Camarero sostuvo que a la oposición «no le importa la opinión de Barrera» sobre la campaña sino el contenido de la misma, porque a su juicio «demuestra que la bandera de la diversidad no es propiedad de la izquierda». La titular de Servicios Sociales defendió esa apuesta del Consell por las políticas LGTBI pese a las reticencias de Vox, destacando que pese a las diferencias con su socio «el Consell trabaja para todos» y que «el colectivo está encantado de cómo trabaja este Consell. Han perdido la bandera y eso es lo que les molesta. Su superioridad moral les ha hecho creer que el tema era solo suyo. Vamos a cuidar la diversidad sin sectarismos ni ideología», enfatizó.

Mazón sí que asumió la batuta para repeler los ataques de PSPV y Compromís por las incidencias registradas en los pagos de la Dependencia y en otras áreas de la Generalitat, asegurando que esos abonos ya están realizados desde principios de mes. 

Igualmente, volvió a ofrecer pactos a José Muñoz y Joan Baldoví en asuntos de consenso como la financiación, el agua, las renovables o el soterramiento de las vías de Alfafar.

El síndic socialista, que se estrenaba en una sesión de control, trató de fundir la figura de Mazón con la del expresidente Eduardo Zaplana y le acusó de «huir» del control parlamentario. Por su parte, Baldoví volvió a quedar desactivo por un Mazón que le tiene tomada la medida en las Corts. Tras sacar a relucir los 3.000 euros en comidas del conseller José Antonio Rovira, el popular le replicó con un gasto idéntico de Marzà para asistir a un partido de fútbol. El síndic ya no volvió a sacar el tema.  

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