Quien piensa que Pepe Moré es un entrenador inmovilista, tiene un argumento más en su contra. El técnico rumía soluciones ofensivas nuevas y ha pensado que si Mario Rosas debe ser el jugador que lleve las riendas del equipo, necesita ayuda. Para ello, en los dos partidos en los que ha junto al andaluz y a López Garai en el doble pivote, el sistema se ha vuelto elástico, convertido en un 4-1-4-1 sin disimulo.

La consigna es clara: cuando el Castellón saca el balón jugado desde atrás, el ex del Salamanca se ofrece a los centrales y El Timonel aguarda en el círculo central. El medio fichado esta temporada del conjunto charro está llamado a realizar una labor oscura, pero tremendamente efectiva. Al ser un jugador con un aceptable trato del balón, se convierte en un eslabón más en la elaboración de la ofensiva hacia la meta rival. Nada más recibe el esférico, intenta la conexión con el malagueño, cuyo desequilibrio es directamente proporcional a la cercanía con el área adversaria.

EL PERFIL Los técnicos del club han aplaudido la aportación de Mario Rosas como organizador, más atrás de donde ha actuado en la mayor parte de su carrera deportiva. Pero es un futbolista de constitución frágil y son conscientes de que por su físico y su calidad --más propensos a recibir las caricias enemigas--, será difícil que aguante 42 jornadas al máximo. De ahí que minimizarán su desgaste reduciendo la distancia a recorrer en cada encuentro, lo cual no significa que esté liberado a la hora de defender.

López Garai, que lucha contra la alargada sombra que ha dejado Rodri --pese a tratarse de dos futbolistas bastante distintos--, no es un inexperto en estas lides. En el Salamanca, ya cumplía a la perfección este papel, en un equipo en el que salvo él y la defensa, el resto del once tipo de Javi López tenía un marcado acento ofensivo (Carlos Vela, Quique Martín, Braulio, Zé Tó, David Fas... miraban más la portería ajena que la propia). Es, sin duda, esa aportación al equilibrio táctico la que motivaron el fichaje.

EL EPICENTRO Después de no poder retener por motivos económicos a Rodri, Antonio López y Natalio, la principal apuesta de la entidad albinegra ha sido la renovación (por tres temporadas) de Mario Rosas, que está llamado a convertirse en uno de los jugadores más determinantes no solo de la escuadra, sino de la categoría. De ahí que aunque haciendo hincapié en la modestia de un equipo como el albinegro, el entrenador trate de edificar el bloque alrededor del jugador con mayor calidad.