Año tras año, la vida deportiva del Celtic se repite sin que casi cambie el guión. Se trata de jugar un montón de partidos oficiales intrascendentes en la Premier escocesa para, prácticamente, jugarse el campeonato en los enfrentamientos con el Rangers. Todo lo otro es anecdótico. Su aventura anual en Europa tampoco ofrece grandes cambios. Hacerse fuertes en casa, e intentar pescar algo en alguna salida.

Para el Celtic 08/09, las cosas no pintan muy bien. Tenía que ganar dos partidos en concreto, y no ha ganado ninguno de los dos. Perdió en casa 2-4 ante el Rangers, y empató en Champions con el Aalborg. El primer resultado le pone muy cruda la Liga y, el segundo, le pone contra las cuerdas, ya que casi dice adiós a la próxima ronda e incluso le puede complicar la tercera plaza que da derecho a la UEFA.

Es la historia que nunca cambia, tal vez porque el Celtic se ha quedado atrapado en el tiempo, y no acaba de dar ese salto de calidad para afrontar metas mayores. A Celtic Park acuden unos 56.000 fieles, que a menudo soñarán con que su equipo sea tan grande en el campo como en la grada.