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Todo fue intrascendente en Montjuïc hasta que llegó la jugada del penalti

Durante setenta minutos, el juego fue bastante anodino. Tras fallar Tamudo la pena máxima, el Villarreal estuvo mucho más cerca de la victoria.

Todo fue intrascendente en Montjuïc hasta que llegó la jugada del penalti

AEL ESPEJISMO del inicio invitaba a soñar con un partido abierto y dinámico. Llorente disponía de una buena ocasión en la primera jugada y el Espanyol generaba un par de situaciones de peligro.

BEL GOZO se quedó en un pozo cuando, a partir del minuto 20, los locales renegaron de la mitad de la cancha y empezaron a acumular hombres por detrás de la pelota.

CEL DOMINIO pasó a ser tan amarillo como ficticio. Los de Pellegrini tocaban y tocaban, en una sucesión de jugadas intrascendentes. En el último tercio de campo no aparecía nunca la chispa necesaria.

DESA CHISPA parecía encontrarla el Espanyol en De la Peña, pero el ideólogo local ya se había quedado sin socios. El centrocampismo era la tónica en un partido muy soso.

EEL MÁS AMBICIOSO era Giuseppe Rossi, que fue sumando detalles en ataque. Suyos fueron los mejores --y los únicos-- intentos claros de remate. En los pericos, ya ni eso. Tal era la dinámica del partido que los porteros parecían condenados a ducharse por higiene.

FERA DÍA de oportunidades para secundarios. Cani no tuvo una gran aportación en su vuelta a la titularidad en el Villarreal. Sin embargo, Bruno Soriano rayó a una gran altura. Tácticamente rayó a un nivel excelente y dio criterio el juego.

GLOS MOVIMIENTOS de la segunda parte pretendían cambiar el escenario. La entrada de Santi Cazorla en el Villarreal y la de Coro en el Espanyol podían ofrecer otro dinamismo, pero la mejoría no fue notoria. Uno ya preparaba el titular: "Fue un partido de esos que nadie recordará nunca".

HEL REVULSIVO lo trajo un asistente equivocado, que vio dentro del área lo que se había producido fuera. Se hizo justicia porque el especialista del Espanyol, Tamudo, se topó con uno de los mejores porteros de nuestra liga: Diego López.

ILA RESPUESTA amarilla no se hizo esperar, y Kameni se tuvo que emplear como no lo había hecho en los 70 minutos anteriores. El Submarino se fue a por un partido que ya era totalmente unidireccional.

JCUANDO UN EQUIPO falla algo tan claro como un penalti a favor, la autoestima propia queda seriamente castigada, dando alas al contrario. El Espanyol se quedó sin piernas y a Javi Venta le sobraban. El lateral asturiano fue el que más empujó en las filas amarillas, pero ya no quedaba tiempo. El empate acabó siendo bueno para el equipo que más especuló.

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