Si en el Villarreal se celebró la decisión adoptada por el Comité de Control y Disciplina de la UEFA, todo lo contrario sucedió en Palma de Mallorca. Tanto en el club bermellón como en su entorno se esperaba que, tras la llegada de los nuevos propietarios -con Serra Ferrer y la familia Nadal- a la cabeza, la RFEF convenciera a la UEFA de que la licencia concedida era válida.

Pero la exclusión de los baleares provocó un clamor general en las islas, principalmente en la Federació de Penyes Malloquinistes. A lo largo de la tarde se fue filtrando la noticia, confirmada por los propios miembros de la RFEF bien entrada la misma. Por dicho motivo, bajo la firma de su presidente, Francisco Bauzá, la FPM remitió una carta a su homólogo de la RFEF, Ángel María Villar, para instarle a que ayudara al Mallorca.

Amago de manifestación // Los peñistas apelaban a la entrada de los nuevo propietarios y al hecho de que los baleares se ganaron la plaza en los terrenos de juego. Pero en cuestiones económicas, la UEFA es intransigente y por dicho motivo ha llegado su exclusión y el enfado de la masa social, que ha amagado con manifestarse. H