A Florentino Pérez se le llevaban los demonios solo de pensar que ayer tenía que comer con José Mourinho y toda la plantilla del Madrid con la posibilidad de habérsela pegado en el Sánchez Pizjuán y con el Barça campeón del mundo en Yokohama. Pasara lo que pasara en Sevilla y en Japón, era el día programado para el almuerzo navideño con los equipos de fútbol y baloncesto y la atmósfera reinante, afortunadamente para todos los citados en el Santiago Bernabéu, fue mucho más respirable que la de siete días antes tras haber caído con los azulgrana en fútbol y ante el Estudiantes en baloncesto.

El equipo blanco arrolló al Sevilla y el presidente del Real Madrid pudo dirigirse esta vez personalmente al técnico portugués y a los jugadores para regalarles los oídos con nuevas referencias a su condición de mejores entrenador y también equipo del mundo.

SIN RESPUESTA // Una actitud que no acabó de llenar a Mourinho, dolido por la reacción del presidente tras la derrota en el clásico del día 10. En el pasillo que da acceso a los vestuarios, Pérez se quejó amargamente al técnico como nunca lo había hecho antes. “No hemos hecho todo esto para perder así”, le espetó sin importarle que el comentario pudiera ser escuchado por varias personas. Hubo una mirada fija a los ojos del dirigente, pero no una contestación por parte del técnico blanco, que tras la goleada al Sevilla tenía aún muy presente el episodio, pero prefirió seguir rumiando un reproche al que solo dará cumplida respuesta el día en que gane la Liga o la Liga de Campeones. No le vale que ante los periodistas Florentino dijera cuatro días después que una de sus mejores decisiones fue la de contratarle ni que ayer le recibiera con un abrazo fraternal para agradecerle poder acabar el año con tres puntos de ventaja sobre el Barça. Mou guardó la formas en Sevilla, agradeció a Casillas su milagrosa presencia en los momentos más críticos, admitió que los méritos blancos no fueron tantos como para ganar 2-6 y no pasó factura a nadie. No hizo lo mismo Cristiano Ronaldo, escocido todavía por los pitos recibidos en el Bernabéu ante el Barcelona. A quienes le silbaron fue dirigida su rencorosa respuesta nada más acabar el partido del Sánchez Pizjuán, con el decimotercer triplete en su historial madridista.

‘DEDICATORIA’ DE RONALDO // “Esto es para callar la boca a los que me critican. Estoy acostumbrado a que lo hagan. Me da igual lo que hablen de mí. Los que me critican no saben nada de fútbol”, declaró el portugués en un tono que sirvió para revivir la reacción que tuvo en Zagreb el 14 de septiembre. “Me silban por ser guapo, rico y bueno, y porque me tienen envidia”, dijo en Telemadrid.

Antes del almuerzo institucional, la plantilla entrenó con vistas al partido de Copa de mañana contra la Ponferradina. No lo hizo Sergio Ramos, que sufre una rotura fibrilar en el muslo. H