Miranda Bodí y Mario Flores forman una pareja de baile que se transforma cuando suena la música y sus pies empiezan a deslizarse por la pista. El pasado abril vieron premiada su habilidad como bailarines al ascender a la máxima categoría del baile deportivo de competición en la modalidad de baile latino, tras proclamarse ganadores de su grupo en Riba-Roja. Era el premio a una ya larga trayectoria, pese a su juventud (él tiene 14 años y Miranda cumplió 15 el pasado martes), que empezó con 8 años.

Los dos niños, él de Almassora y ella de Burriana, coincidieron en la misma clase del colegio Salesianos de esta última población y vieron que compartían un sueño: bailar. Con el apoyo de sus madres, dispuestas a que sus retoños deslumbraran en las pistas de baile, dieron los primeros pasos en la Escuela Bougis de Almassora, donde David y Mónica les enseñaron a amar este deporte. En poco tiempo empezaron a dar que hablar, como cuando en el 2007 fueron primeros en categoría juvenil del VII Trofeo Vila de Mislata de Baile Deportivo.

Su evolución les llevó a incorporarse hace dos años a la Escuela Moviments de Valencia, donde su profesora Ana Castelló y sus compañeros les han ayudado a seguir avanzando en una progresión meteórica, de manera que han ido ascendiendo hasta alcanzar la máxima categoría en baile latino y la segunda de standard.

Su vocación les hace desplazarse tres veces por semana a Valencia y entrenar cuatro horas por sesión, restando tiempo a estudios, amigos y sueño. Una dedicación que se aprecia al verles bailar.

Ahora ya preparan su salto a la ‘primera división’ del baile latino, en una temporada en la que también buscarán el ascenso a la máxima categoría de standard. Y es que la pareja aún está lejos de alcanzar su techo. H