Audacia y brillantez en sus justas proporciones sobre una cuchara desatan los elogios en el planeta fútbol. Los cuatro ingredientes mezclados con la sabiduría de Pirlo han convertido al italiano en el personaje de los cuartos de final. Antonin Panenka y el célebre penalti que encumbró al centrocampista checo han quedado sublimados (y superados) por la ola de loas que ha acompañado a Pirlo y la forma que eligió para ejecutar el suyo.

“Ningún portero se espera eso”, reconoció Köpke, preparador de los metas alemanes. Tampoco se lo esperaba el seleccionador azzurro Prandelli. “Lo lancé así porque vi a Hart [el guardián de Inglaterra] muy motivado”, argumentó Pirlo, con la suficiente experiencia y prestigio para haber asumido el chorro de críticas que le habría caído con un error. Despreciado la pasada campaña por el Milan y campeón de Liga con la Juve, Pirlo vueve a ser protagonista. H