Parecía imposible, pero ya no lo es. El CD Castellón, de encajar goles en casi todos los partidos, la mayoría de ellos fruto de errores de bulto, ha pasado a blindarse. Cinco porterías a cero en las últimas siete jornadas reflejan esa transformación total, que han catapultado a los albinegros fuera del descenso (concretamente, con un pequeño colchón de dos puntos), lo que parecía inconcebible hace unos días.

La racha empezó con el 4-0 al Las Palmas y siguió a la semana siguiente con el 0-0 en Butarque. El Sabadell rompió la secuencia (2-1), aunque el Castellón volvió a no encajar goles en la siguiente salida (Lugo, 0-0). El Espanyol hizo sangrar de nuevo la herida (1-3), aunque Albacete (0-1) y Oviedo (1-0) tampoco pudieron celebrar ni un tanto. Es decir, tres desplazamientos seguidos a cero, lo cual no es nada desdeñable, si nos atenemos a que estamos hablando de un candidato a la permanencia.

La importancia de Whalley

Óscar Whalley está llevándose todos los elogios, sin duda porque ese encuentro del Carlos Belmonte permanecerá, en mucho tiempo, en la retina del aficionado orellut. Además, Rafa Gálvez se ha convertido en el líder natural de la retaguardia, ora con Carlos Delgado a su lado, ora con Rene Krhin. Los laterales también han sufrido bastantes variantes, pues Iago Indias ha perdido su sitio, en tanto que Víctor García ha echado raíces en el otro costado.

No obstante, el compromiso del resto de futbolistas ha hecho posible que solo se hayan recibido cuatro goles en las últimas siete jornadas, en la que la producción se ha ido a los nueve tantos (gracias a ese 4-0 a los canarios).

Sin embargo, aunque el blindaje es fruto de un descenso en el número de oportunidades en contra, no conviene olvidar lo que pasó en Albacete o que el Castellón, en este último mes y medio, ha estado a merced de la mayoría de sus oponentes. El Castellón ha exprimido cada gol a favor hasta límites insospechados. Si ganó en Albacete con el único tiro a puerta entre palos después del asedio manchego, contra el Oviedo no le hizo falta ni rematar a puerta, con el autogol de Alejandro Arribas.

Ya no es el más goleado

Esa inusitada y recién adquirida firmeza le ha permitido, además, dejar de ser el equipo más vulnerable de la categoría. Son 40 tantos en contra (el promedio ha amainado hasta los 1,21 por jornada), los mismos que el Lugo; a por detrás están el Albacete (41), Logroñés (42), Las Palmas (43) y Cartagena (44).

En un momento de la temporada en la que tanto cuentan las inercias, el Castellón es el equipo que cotiza más al alza del amplio pelotón de aspirantes a quedarse, un año más, en LaLiga SmartBank.