Polideportivo

Treinta años del Ciutat de Castelló

Inaugurado en 1993, el pabellón municipal abrió el deporte de la capital de la Plana hacia una nueva era

Enrique Ballester

Enrique Ballester

«Creo que metí la primera canasta», apunta Juan Antonio Orenga. Y aunque han pasado 30 años y la memoria a veces es traicionera, es probable que así fuera. Porque el actual entrenador del TAU Castelló participó como jugador y anotó 13 puntos en el partido de inauguración del pabellón Ciutat de Castelló, la instalación que abrió el deporte de la capital de la Plana hacia una nueva era.

El castellonense Orenga jugó aquel partido con la elástica de Estudiantes, que derrotó al Taugrés de Vitoria. Ocurrió el 16 de marzo de 1993. La jornada de inauguración fue completa: en los prolegómenos se realizaron exhibiciones de balonmano, fútbol sala, taekwondo y voleibol, en el descanso fue el momento del rock acrobático y después de los mentados conjuntos de ACB jugó el AB Castelló, equipo local de baloncesto, contra el Gandía. El menú avanzó lo que estaba por llegar. Durante las últimas tres décadas, cuesta encontrar un deporte que no haya tenido cabida en el Ciutat.

El pabellón, en construcción.

El pabellón, en construcción. / Archivo Mediterráneo / M. Nebot / G. Utiel / A.P

El proyecto

Daniel Gozalbo (PSPV-PSOE) ya no era alcalde de Castelló cuando la obra finalizó, pero José Luis Gimeno (PP), que lo era entonces, le invitó a la presentación. Con Gozalbo en la alcaldía se impulsó la construcción del nuevo pabellón. «Para que fuera posible se juntaron varios factores» --explica a Mediterráneo- «había una corriente en la ciudad en favor del baloncesto, tanto a nivel de afición como empresarial y federativo, y además la Comunitat había decidido optar a organizar los Juegos del Mediterráneo y Castelló podría albergar las competiciones de este deporte».

Autoridades en la inauguración.

Autoridades en la inauguración. / Archivo Mediterráneo / M. Nebot / G. Utiel / A.P

De hecho, fue la Generalitat quien financió una obra presupuestada en casi 800 millones de pesetas (4,8 millones de euros). Con ese cúmulo de circunstancias, y dadas las limitaciones de los pabellones de Castalia y Grapa, el Ayuntamiento «hizo todo lo posible» para encauzar el proyecto y asumió la construcción. El lugar elegido fue una parcela de propiedad municipal en la Ronda Sur, en palabras de Gozalbo, «una parte nueva de la ciudad, en expansión».

Doble beneficio

El pabellón ha servido tanto para ayudar a crecer a los clubs locales (las Ligas y Copas de Europa del Playas de fútbol sala permanecen en la memoria imborrables) como para atraer a Castelló diferentes eventos relacionados con el deporte, así como campeonatos nacionales e internacionales.

En pesetas

El presupuesto de la obra fue de 800 millones de pesetas (4,8 millones de euros). Cifra que creció después con el equipamiento interior.

El convenio

El convenio de edificación se firmó en octubre de 1990 por parte del conseller de Cultura, Antonio Escarré, y Daniel Gozalbo, el alcalde.

Los invitados

El president Joan Lerma, el alcalde José Luis Gimeno, el conseller Andreu López y las reinas de las Fiestas (María José Cadroy y Maribel Marca) lideraron la inauguración.

El aforo

Originalmente el aforo era de cuatro mil personas, y se amplió con nuevas gradas para superar las cinco mil.

Treinta años después de la inauguración, Orenga trabaja a diario en el pabellón como entrenador del TAU Castelló. En aquel Estudiantes de 1993 jugaban Alfonso Reyes, Nacho Azofra, John Pinone o Rickie Winslow, entre otros, y en el Taugrés lo hacían Pablo Laso, Chicho Sibilio o Joe Arlauckas. A partir de ese día, ver jugadores de este nivel en Castelló fue más frecuente. «Yo solo había venido a jugar con el junior de Madrid en el pabellón de Castalia, y esta nueva instalación iba a ser puntera para la ciudad», explica Orenga, que fue ovacionado por los aficionados castellonenses y después regresó con la selección española, también como jugador y como entrenador.

El futuro

Ahora en 2023, es también hora de mirar al futuro del recinto. El tiempo pasa para todos. Pese a algunas mejoras realizadas en los últimos años, como la reparación de la cubierta, el pabellón necesita «un empujoncito». «El parquet está machacado y hay que dar una vuelta total al gimnasio, que es muy antiguo», indica Orenga. Todo sea por celebrar al menos otra década. 

El Ciutat ha acogido grandes éxitos del Playas.

El Ciutat ha acogido grandes éxitos del Playas. / Manolo Nebot

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