Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023

Agradecimiento, honor y paz: Zecira Musovic, la guardameta que tuvo que huir de la guerra

La portera sueca, determinante en la eliminación a Estados Unidos, se enfrenta este martes a España en semifinales

Zecira Musovic, portera de la selección de Suecia,

Zecira Musovic, portera de la selección de Suecia, / REUTERS

Laia Bonals

Ser acogida. Sentirse parte de algo. Comprometerse con un país, con la tierra que te acogió tras huir de la guerra. El fútbol, a veces, es válvula de escape y remanso de paz, es un lugar seguro para aquellos que necesitan cobijo. El balón y las botas, y los guantes más adelante, cautivaron a Zecira Musovic (Falun, Suecia, 1996) desde que era pequeña. El césped y los entrenamientos eran el sitio donde era una más, donde no había miradas de reojo furtivas que la juzgaran. Ella es sueca, pero sus padres y sus hermanos tuvieron que abandonar Prijepolje, un pequeño pueblo serbio de unos 11.000 habitantes antes de que ella naciera para huir de la guerra de Bosnia. Llegaron a Suecia, su nueva casa, como muchos otros que buscaron refugio. Zecira creció pegada a un balón. Ella quería marcar muchos goles, hasta que se enfundó unos guantes y se puso bajo palos. Ahora, aunque ella aún no se lo cree, es la estrella de Suecia, su salvadora, que ha regalado a la nación que la acogió un lugar en las semifinales del Mundial.

"Ellos son mis mayores modelos a seguir solo por eso", confiesa la guardameta del conjunto sueco sobre la valentía de sus padres. La guerra de los Balcanes les obligó a dejar la seguridad y todo lo que habían construido en su país para darle a su familia una nueva seguridad en Suecia. Creció en la confluencia de dos culturas y no siempre ha sido fácil. "Ha habido algunos choques culturales, he tenido que luchar contra prejuicios y gente que me ha dicho que no debería jugar al fútbol. Siempre he tenido la cultura sueca detrás, que nos dice que soñemos en grande y que nos permite hacer lo que queramos al máximo", reconoce Musovic, que con una mezcla de agradecimiento, honor y privilegio defiende bajo palos los colores del país que se ha hecho suyo.

La portera suplente del Chelsea no sabía cuál iba a ser su papel en el Mundial cuando recibió la llamada de Peter Gerhardsson, el técnico de la selección sueca. Su crecimiento en los últimos años ha sido meteórico, pero hasta la cita mundialista no ha explotado a nivel mediático. Desde el inicio del torneo ha sido la guardameta titular y, tras una actuación magistral y determinante en el partido contra Estados Unidos en octavos de final se ha erigido como la figura de Suecia. Mucho tuvo que ver la guardameta en la eliminación historia del conjunto estadounidense: batió el récord mundialista de más paradas durante un partido (11). Las hizo de todos los colores, convirtiéndose en un muro infranqueable.

Tras hacer historia, a la primera persona que llamó fue a su madre. "Para decirle que lo habíamos conseguido", reconoce. Cuando habló con ella, fue cuando se dio cuenta realmente de lo que acababa de suceder. Contra España espera volver a hacer la misma llamada, para celebrar con su madre el pase a la final.

Musovic es una enamorada del balón. Desde pequeña lo cuida con mimo. Le ha dado mucho y ella quiere devolver a la sociedad todo el apoyo recibido. Por ello, de las primeras cosas que hizo al iniciar su carrera fue crear Next Generation Dreamers. "Es un proyecto que tiene como objetivo inspirar a la próxima generación para que las chicas jóvenes sueñen, sin importar su origen o aspecto, y puedan perseguir sus sueños". El objetivo de ayudar a cumplir los sueños de niñas que, como ella, quisieron ser todo y tuvieron que superar muchos obstáculos, murmullos y normas para conseguirlos.