Atletismo

Maratonianas en Vinaròs

Siete mujeres vinarocenses de diferentes generaciones comparten la afición de correr la prueba reina del atletismo || Explican a Mediterráneo sus motivaciones y los sacrificios y las recompensas que genera el ‘running’

Romina Querol, Laura Contreras, Andrea Cabré, Laura Esteller, Anabel Cubedo, Rosaté Forner y Elvira Fuster.

Romina Querol, Laura Contreras, Andrea Cabré, Laura Esteller, Anabel Cubedo, Rosaté Forner y Elvira Fuster. / Javier Flores

Son mujeres vinarocenses, tienen entre 35 y 55 años y comparten la afición de correr largas distancias, entre ellas los 42,195 km de un maratón. Son Romina Querol, Laura Contreras, Andrea Cabré, Laura Esteller, Anabel Cubedo, Rosaté Forner y Elvira Fuster. Siete mujeres de varias generaciones, con diferentes circunstancias personales y que empezaron en el running en muy distintas edades, pero que, una vez enganchadas a este deporte, han encontrado el tiempo, la disciplina y la motivación para compaginar su vida familiar y laboral con el intenso entrenamiento y la participación en las competiciones.  

Los inicios en el running de estas siete mujeres vinarocenses son muy diversos. Andrea Cabré y Laura Contreras son las que más jóvenes empezaron, con 12 y 10 años respectivamente. Por otro lado, Rosaté Forner y Elvira Fuster son con 55 años las más veteranas y las que más tarde se aficionaron a correr. 

El comienzo

Rosaté empezó a los 48. «Nunca había corrido ni nunca pensé que lo hiciera algún día», asegura. De vez en cuando, iba a caminar en distancias no muy largas. «Me aburría, pero hubo gente que me propuso apuntarme al 10K Vinaròs. Dudé mucho, pero al final me decidí a probar. Allí conocí a Elvira, que es de mi edad, y poco a poco me enganché. Empecé a entrenar con un grupo de gente cada semana, y hace cinco años completé mi primera media maratón. Fue una sensación increíble, estábamos muy contentas, así que repetimos al año siguiente y luego los siguientes y la última la disfrutamos», comenta.

Respecto al maratón, Anabel Cubedo destaca: «Personalmente se me hacen más largos los cinco primeros kilómetros que el resto, cuando ya has cogido el ritmo que quieres mantener». Su primer maratón fue en València. «Es pesado, muy duro, pero lo disfruto a mi ritmo. No voy a hacer una carrera para sufrir. Intento mejorar cada año el tiempo porque compito conmigo misma», explica.

Por su parte, Romina Querol recuerda que en el primer maratón que corrió, el de València, no pudo evitar emocionarse al cruzar la meta. «Había entrenado en compañía, pero corría la prueba sola, así que preferí salir de un box que no me correspondía para poder estar en grupo. En los últimos siete kilómetros entablé conversación con una mujer de Onda con quien había compartido gran parte del recorrido. Y cuando casi llegas, giras y ves la alfombra azul, como si pisaras el agua… es una sensación es indescriptible», asevera.   

Experiencias y conciliación

Laura Esteller también corrió su primer maratón en València. «En principio, no era un objetivo para mí. Hace años que entreno en serio, con preparador y perteneciendo a un club, y fue el técnico quien me lo propuso. Bajé de las cuatro horas y fue muy emocionante, porque en realidad nunca sabes si vas a poder completarlo. Hay que tener en cuenta que puedes entrenar perfectamente, pero cualquier detalle, enfermedad o lesión te puede poner en jaque en el último momento. Pero es una experiencia muy bonita, por las sensaciones personales, y porque la gente te anima y te lleva en volandas y la organización es fantástica», dice. También Laura Contreras se estrenó en Valencia con éxito. «Después de un maratón, cuando bajo escaleras parezco Robocop». Así expresa Anabel lo que se siente tras correr 42 km. Aunque todas aseguran que, tras correr, al día siguiente ya van «a trabajar». 

En cuanto a los entrenamientos de preparación, Rosaté y Elvira lo hacen cuatro días a la semana a las 6 de la mañana, antes de ir a trabajar. «Nosotras no tenemos ahora cargas familiares, así que entrenamos bien pronto y a las 9 ya estamos listas para trabajar con todo el día por delante», comenta Rosaté. 

No suele ser sencillo conciliar. Laura Esteller ha sabido mantener su afición por el running con mucha disciplina, cuadrando los horarios para poder llegar a todo. Abogada y madre de dos hijos pequeños, explica que «si algo te gusta y te motiva mucho, al final lo haces como sea. La base es la organización».