Gracias al convulso comité federal del PSOE del fin de semana pasado y el bloqueo de las negociaciones para una posible investidura, el PP consiguió pasar el inicio del juicio de la primera parte del 'caso Gürtel', el pasado martes, casi de perfil. Y eso que coincide en el tiempo y el espacio (en el edificio de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares) con el proceso judicial de las tarjetas 'black', en el que se sientan en el banquillo de los acusados también exdirigentes insignes del partido conservador como el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato. Sin embargo, la petición de nulidad del juicio que realizó el abogado que representa los intereses del PP, acusado de ser responsable a título lucrativo de los delitos que se juzgan en el 'caso Gürtel', sacó al partido del limbo y lo situó en primera línea informativa, con las reacciones en tromba de todos los partidos de la oposición. Este sábado ha entrado en escena el encargado de abrir la investigación del caso y por la que fue inhabilitado, el exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que ha acusado al PP de utilizar "malas artes" al aliarse con las defensas para reclamar el carpetazo.

En opinión de Garzón, los conservadores "no quieren aceptar su responsabilidad por no haber combatido la corrupción y haber caído en ella". Y aunque ha asegurado que no le extrañó la petición del PP, ha considerado "raro" que lo haya hecho un letrado que "sabe cómo funciona la Audiencia Nacional y que allí se cumplió con la legalidad". El abogado del partido es el exfiscal de la Audiencia Nacional Jesús Santos.

El exmagistrado no prevé que la petición de nulidad tenga posibilidades de prosperar, pues según ha explicado este sábado, respecto de las escuchas de las conversaciones en la cárcel entre algunos acusados y sus abogados, por las que él fue inhabilitado, estas ya quedaron aisladas de la causa. "Una cosa es que no estés de acuerdo con esa condena y otra cosa es que pueda influir en el curso del procedimiento", ha matizado Garzón antes de admitir que es "lógico" que las defensas "traten de traer al presente ese debate". A su juicio, "hay suficientes pruebas, una avalancha de pruebas que no tienen nada que ver con las interceptaciones telefónicas para que el tribunal se pueda formar un juicio suficiente y dictar una sentencia".

En lo que ha parecido un nuevo guiño al PSOE, el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha mostrado este sábado su disposición a trabajar "día a día" para ganarse la "gobernabilidad" y ha asegurado que lo hará "con humildad y paciencia". Con estas palabras, Rajoy recoge el mensaje que le lanzó esta semana el presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, advirtiéndole de que en el caso de que le faciliten la investidura, jamás se avendrán a un pacto de gobernabilidad, como han reclamado algunas voces populares.

"El PP no quiere unas terceras elecciones, serían una locura y un auténtico disparate y nadie saldría beneficiado", ha subrayado Rajoy, antes de afirmar que "lo que demandan con razón la mayoría de los españoles es que las cosas vuelvan a la normalidad". El presidente también ha aprovechado su paso por Zaragoza, donde el PSOE gobierna gracias a Podemos, para advertir de las consecuencias negativas de "dejar descansar la gobernabilidad en el extremismo".

También ha negado que haya habido una persecución contra el PP como se dijo en el 2009, cuando la cúpula del partido se congregó en torno a Mariano Rajoy para decir que existía "una trama en contra" de la formación. "Más bien hemos sido otros los perseguidos, los que hemos tratado de investigar la corrupción", ha asegurado.

ACTO A FAVOR DE UN "GOBIERNO DE PROGRESO"

Garzón ha realizado estas declaraciones en un acto de 11 organizaciones de izquierdas, entre las que destacanIzquierda Abierta, o los sindicatos CCOO y UGT, en el que han reivindicado la necesidad de formar un "gobierno de progreso" y han llamado a "no resignarse" a que el PP mantenga el poder. "Todavía estamos a tiempo de no resignarnos entre lo malo y lo peor, es decir, entre unas nuevas elecciones y Mariano Rajoy", ha manifestado el portavoz de Izquierda Abierta,Gaspar Llamazares, en una clara apelación al PSOE para que no vire a la abstención, como pretenden algunos de sus dirigentes.

A juicio de Llamazares, los socialistas van a tener que "esforzarse mucho" para hacer "lo contrario de lo que han dicho en campaña". "Para hacer lo mismo que dijo, garantizar un cambio hacia la izquierda, sería más fácil y estaría a tiempo, con gestora o sin ella. El tema es si se ha hecho la gestora para doblarle el pulso a la militancia y a la izquierda", ha remachado.