El ex tesorero del PP Luis Bárcenas aseguró en sede judicial el pasado diciembre que grabó al expresidente del Gobierno y de la formación 'popular' Mariano Rajoy y al ex secretario general del partido Javier Arenas porque estaba preocupado por el "desmarque clarísimo" por parte de sus compañeros en plena investigación del 'caso Gürtel' y porque quería "tener garantía" de que no se había quedado dinero de la "contabilidad extra contable".

Así lo manifiesta en un momento de su declaración desde la cárcel de Soto del Real ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, quien investiga la pieza 'Kitchen' en el marco del caso 'Tándem' sobre los presuntos negocios irregulares del comisario jubilado José Manuel Villarejo.

"Son las dos únicas conversaciones que yo he grabado", se le escucha decir en el audio de la declaración, al que ha tenido acceso Europa Press, y precisa que le pidió a un interno con el que compartió prisión que, durante un permiso, destruyera la grabación ya que se encontraba en medio una "negociación" que mantenía con el PP en la que le habían ofrecido 500.000 euros.

Asegura que le dio una nota al interno en la que precisaba "dónde tenía eso en la nube" y que a través de Sergio Rios -su entonces chófer y actual investigado en la causa- le dio hasta 2.500 euros para que se hiciera con los equipos informáticos necesarios, pero asegura que al compañero de prisión finalmente le suspendieron el permiso y le sustrajeron la nota. Dice que no sabe si borró o no las grabaciones. El fiscal pone en duda su versión.

"Las grabé exclusivamente porque a mí me empezó a preocupar el cariz que estaba tomando el tema y el desmarque clarísimo por parte de mis compañeros del partido en cuanto a lo que había sido la actuación de Álvaro Lapuerta y mía", precisa Bárcenas ante el magistrado Manuel García-Castellón.

Grabación de tres minutos

Preguntado por los detalles de la grabación que dice haber hecho a Rajoy, el ex tesorero explica que se trata de una reunión que tuvo lugar en 2009 en la sede del PP. "Yo calculo que en el mes de marzo o abril", precisa y asegura que no duró más de tres minutos. Fue "una visita rápida y sin cita previa".

Bárcenas dice que se sabe "de memoria" la grabación porque la ha oído "300 veces". "La recuerdo perfectamente", insiste. Relata que entró al despacho, saludó a Rajoy y le comentó que venía de hablar con Arenas sobre "un saldo en la contabilidad extra contable del partido". "Le he preguntado a Javier qué hago con el remanente y me ha dicho: 'yo creo que debes de meterlo en un sobre y entregárselo al señor Rajoy", explica.

El ex tesorero continúa y asegura que le mostró un papel al expresidente "con el saldo final" y le entregó una fotocopia. Según cuenta, Rajoy le preguntó por qué guardaba esos papeles.

Precisa que le dijo que lo hacía por "una razón muy sencilla", en caso de que surgiera alguna duda "en cuanto al correcto empelo de las cantidades o en cuanto a que las percepciones que un determinado empresario o persona particular ha dicho que entregaba al partido que no hubiese ninguna duda que están anotadas y que el empleo ha sido el que tenía que ser, un empleo correcto".

Asegura que en ese momento Rajoy "coge la nota", "se da la vuelta en el sillón" y "la mete en la destructora de papeles". "Se oye el ruido de la destructora destruyendo el papel en cuestión", añade.

Bárcenas termina el relato explicando que le entregó el sobre con el dinero remanente y que Rajoy se lo quedó. "Y yo creo que poco más. Creo que ahí termina mi conversación y me voy del despacho", dice.

"Quería "tener garantía"

El titular del juzgado le pregunta si grabó la conversación con alguna intención específica. El acusado, desde prisión, explica que como se había llevado "incorrectamente" una parte de las finanzas del PP, "de forma extra contable", quería "tener garantía" de que él, como tesorero, no se había quedado dinero alguno. Así, pretendía tener constancia de "que el remanente que había en esa cuenta, que es perfectamente acreditable, ha sido entregado a una persona en concreto y que no hay ningún saldo adicional". "Era el elemento que tenía para defenderme", añade.

El ex tesorero relata que acudió a Sergio Ríos -quien era su chófer en ese momento y actualmente figura como investigado en la causa- para recuperar el audio y otra documentación que asegura que tenía en su despacho en la sede del PP y que posteriormente llevó a un inmueble de su mujer Rosalía Iglesias. "Hay dos grabaciones, una a don Mariano Rajoy Brey y otra a don Javier Arenas Bocanegra".

Acta notarial

Sobre la grabación de Arenas, Bárcenas dice que no se acuerda demasiado porque fue "una conversación más larga", aunque precisa que tuvo lugar en 2012, tres años después de la grabación con Rajoy.

Según cuenta, la grabación recoge una comida que tuvo con Arenas en Sevilla en la que le entregó una copia de un acta notarial que había hecho donde se especifica cómo Álvaro Lapuerta y el propio Bárcenas habían "gestionado la contabilidad extra contable" y que "el origen de los fondos eran donativos del partido".

Sospecha que le envenenaron

Luis Bárcenas aseguró al juez que investiga la 'Operación Kitchen' que durante su primera estancia en la cárcel madrileña de Soto del Real había instrucciones de "hacerle la vida imposible" para desinflar el escándalo de sus 'papeles'. En concreto, le trasladó su sospecha de que le podrían haber envenenado porque le dio una reacción alérgica "brutal" por la que tuvo que ser hospitalizado, recalcando que nunca había tenido alergia ni la ha vuelto a tener.

El antiguo responsable de las finanzas del PP se mostró convencido ante el juez de que en esa primera etapa de prisión provisional sufrió una "persecución" por parte del Ministerio de Interior porque le ocurrían cosas "excepcionales" y prueba de ello -le apostilló- es que después no se han repetido. "Ahora no tengo ninguna queja", enfatizó.

El ex tesorero no alberga duda alguna de que fue el entonces ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, quien "por la vía que sea" indicó al director general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, cómo debían tratarlo. "Había instrucciones de hacerme la vida imposible", aseveró, añadiendo, a modo de refuerzo, que así se lo confesó un funcionario a su salida de ese primer periodo entre rejas.

De los numerosos incidentes "anormales" que relató a García-Castellón, destacó uno que él mismo admitió que era una "elucubración" suya. "Pero no me la voy a quedar para mí solo", se justificó. Y consiste en que, tras una secuencia de hechos que empieza con el allanamiento del estudio de su mujer y culmina con el asalto a la casa familiar por un falso cura, tuvo "una reacción alérgica brutal".

"Todo el cuerpo se me llena de unos bultos, una cosa insoportable", describió. Con un tratamiento mitigó la erupción, pero un mes después, hacia diciembre de 2013, tuvo otro "acceso brutal". "Hasta el punto de que por la noche me tienen que ingresar en el hospital aquí, pero yo no aguanto y, creo que el médico se asusta, llaman a una ambulancia y me trasladan al Gregorio Marañón, y permanezco una noche ingresado", narró. El diagnóstico: "alergia de causa desconocida".

Bárcenas asumió que podía tratarse de "una casualidad más", aunque lo descartó rápidamente haciendo hincapié en que nunca había sufrido una reacción alérgica antes de ese episodio ni la ha vuelto a padecer posteriormente. Por eso, su teoría, que expone al juez, es que alguien del economato, una persona de la que ya sospechaba, le podía haber envenenado colocando una "sustancia" en los productos que compraba porque era el único sitio que escapaba a su control.

Sus suspicacias se fundan en parte en que ya se barruntaba que dos personas de Soto del Real podrían estar proporcionando información sobre su vida allí. Una era este interno que trabajaba en el economato, que identifica como Roni, y otra un compañero de habitación, Juan, que llegó por sorpresa una noche, a "una hora absolutamente anormal".