Uno de cada cuatro municipios de la provincia deberá actualizar su catastro el año próximo. Así lo recoge la orden del Ministerio de Hacienda que recientemente ha publicado el Boletín Oficial del Estado. Y la mayoría lo hará al alza. Falta por ver si después, ese incremento de los valores catastrales se reflejará en el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (conocido como contribución o IBI). Si los ayuntamientos quieren que no sea así, deberán modificar sus tipos de gravamen y bajarlos.

Y es que, además del plan de regularización catastral que busca fraudes al no declarar determinadas mejoras en las viviendas --de lo que ya informó este diario el pasado fin de semana--, Hacienda ha incluido a 33 municipios castellonenses en su orden para actualizar los valores catastrales. Eso sí, lo ha hecho a petición propia de los consistorios, muchos de los cuales tienen valores catastrales que provienen de la década de los 80 del siglo pasado.

70.000 inmuebles // Son de esta manera más de 70.000 viviendas del territorio provincial las que verán ajustado su valor catastral (sobre el que se calcula impuestos como el IBI, el de transmisiones municipales o la plusvalía municipal). El ajuste de los coeficientes se realizará en virtud de los valores que establezca la ley de Presupuestos Generales del Estado del 2016 y dependerá del último año en que el municipio revisó sus valores catastrales.

El objetivo de la orden es ajustar el valor catastral al que realmente tiene la vivienda --“aproximadamente a la mitad de su valor, que es lo que busca el catastro”, señalan las fuentes de Hacienda--. En la práctica, esto implicará, en la mayoría de los casos, un alza del la tasa municipal del IBI a la que deben hacer frente sus propietarios, ya que son muy pocos los coeficientes en vigor de la última década, cuando se habían inflado estos valores de los inmuebles. De hecho, solo seis municipios provinciales verán rebajados sus valores catastrales, al haber realizado la última actualización posteriormente al 2004.

Entre las 33 localidades castellonenses que revisarán su catastro hay algunas que ya aparecían en años anteriores, como Benicarló, Burriana, Càlig, Xilxes, les Coves, Culla o Torrechiva. Y es que en algunos casos la actualización es tan dura que se puede hacer “en dos años”, indican desde Hacienda. A ellas se suman otras, como la Vall d’Uixó, l’Alcora u Onda. H