Energía y convicción en estado puro y... para ganar. La valldeuxense Isabel Bonig (24-2-1970)ha recibido este fin de semana unas bendiciones de la militancia que avalan su gestión al frente del PPCV desde que el 28 de julio del 2015 Génova la nombrara presidenta del partido tras la salida del también castellonense Alberto Fabra. Ha ocurrido en un cónclave en el que la popular se apunta dos tantos más: es el primero en el que los afiliados han podido optar a ser compromisarios, y se ha inaugurado la elección por primarias. Ambos son asuntos por los que Bonig ha peleado en Madrid con un éxito matizado.

El encargo recibido hace ahora un año y medio era más que complicado, sacar a los populares valencianos del pozo en el que habían caído, afectados por casos de corrupción, y con la moral por los suelos por su hundimiento en las urnas.

Contra todo pronóstico, el de las encuestas, pero también el de algunos compañeros de formación y en un contexto hostil marcado por procesos policiales y judiciales en marcha, Bonig consiguió en las dos elecciones generales que siguieron a la hecatombe vivida en las locales y autonómicas de junio del 2015, liderar la victoria en las urnas, y sumar cada vez más votos.

El PPCV de la Thatcher de la Vall d’Uixó exhibió el 26-J un porcentaje de sufragios superior al 35,4%, casi cuatro puntos más que en el 20-D y rebasó la barrera de los 900.000 apoyos, con mejores resultados que el PP nacional en crecimiento.

Este éxito electoral ha supuesto el principal aval para abordar con mano firme y líneas rojas muy claras los casos de corrupción que han sacudido sobre todo al PP de la ciudad de Valencia. Desde su plataforma parlamentaria como síndica del grupo popular en Les Corts ha marcado de forma eficiente los ejes ideológicos de corte puramente liberal que defiende con absoluta convicción. En esa seguridad en su ideario y en la intensidad con la que acostumbra a exponerlo, sumadas a la coherencia, aunque cueste, residen los mimbres de buena parte de su fuerza como lideresa del PPCV, pero también antes, cuando muy joven y a contracorriente de su familia paterna, de orientación socialista, ingresó en Nuevas Generaciones.

EL RECORRIDO

Tras ese primer paso en el camino de la política, Bonig, abogada de profesión --se licenció en Derecho en la Universidad Jaume I de Castellón, con premio extraordinario de fin de carrera--, entre el 2003 y mayo del 2007 fue asesora en Presidencia y Cultura con Francisco Camps como presidente de la Generalitat. Sin embargo, el verdadero salto a la vida pública se produjo con su llegada a la alcaldía de su pueblo, la Vall d’Uixó, en el 2007 cuando se convirtió en la primera mujer alcaldesa y lo hizo, además, con dos mayorías absolutas consecutivas.

Al poco de volver a ganar las municipales, en el 2011, Camps la llamó para nombrarla consellera de Infraestructuras, cargo en el que continuó durante el mandato de Alberto Fabra, hasta el verano del 2015.

Esta carrera en cargos institucionales se ha producido en paralelo a un creciente papel en el seno del PPCV. Durante su primera legislatura municipal, en el 2008, Isabel Bonig fue nombrada coordinadora de la ejecutiva regional, mientras que entre 2012 y 2014 Javier Moliner la nombró secretaria general del PP castellonense (PPCS).

Esta posición la encadenó con su nombramiento como coordinadora general del PPCV, cargo desde el que dirigió la campaña de las elecciones de mayo del 2015. Tras los resultados que descabalgaron a los populares del podio obtenido de forma ininterrumpida durante 23 años, y la marcha de Alberto Fabra al Senado, llegó el momento de la valldeuxense para ocupar la presidencia del partido y la portavocía en el grupo parlamentario en Les Corts Valencianes.

Lo hizo con el respaldo de la dirección nacional, auspiciado entonces por María Dolores de Cospedal, quien compareció en su presentación. Le faltaba el respaldo de las bases y ya lo tiene. Su objetivo ahora se llama 2019, para recuperar la Generalitat.