La crisis del sector de la ganadería: "Solo este fin de semana he perdido siete festejos"

Un fin de semana de mitad de agosto sin toros o vaquillas en alguno de los 128 pueblos, de los 135 de la provincia, que suelen organizar manifestaciones taurinas en sus celebraciones no es un escenario habitual en Castellón. Pero el sector con más presencia en el mundo de la fiesta ha desaparecido por completo desde que explotó la pandemia de coronavirus, allá por la mitad del mes de marzo. Del 100% de actividad al cero en un visto y no visto, además de un futuro incierto a corto y medio plazo.

Este fin de semana debía haber sido de una actividad frenética para las ganaderías castellonenses, cuyo personal se tendría que haber repartido entre un buen puñado de localidades. «Solo este fin de semana hemos perdido por cancelaciones siete festejos que teníamos programados en el inicio del año», lamenta Víctor Guillamón, que hace dos años decidió apostar fuerte por la ganadería Hermanos Guillamón sin sospechar los negros nubarrones que se cernían sobre el bou al carrer . Como él, los aproximadamente 80 ganaderos que viven de la fiesta en la provincia se encuentran en una situación límite, «sin ayudas y sin perspectivas de poder retomar la actividad». Los casi 2.000 festejos que estaban programados este agosto han quedado en nada.

Guillamón ha tenido que sacrificar parte de sus reses al no poder asumir los altos costes de mantenimiento. «Hay que tener en cuenta que solo un camión de paja ya está por encima de los 1.000 euros, y apenas dura algo más de dos semanas, aparte que no solo de paja se alimentan los animales», explica el ganadero de Sant Joan de Moró, que pide ayudas a la administración, «ya sea en dinero para comprar forraje o en materias primas». «Nos sentimos abandonados y da la sensación de que quieren que ya no levantemos cabeza», denuncia a la hora de analizar unas negociaciones con el gobierno valenciano que no llegan a buen puerto.

El Consell aprobó el pasado 18 de julio las medidas preventivas del , con la obligación de que se debe celebrar en recintos cerrados y desinfectados, como ya se ha hecho este verano en la Ribera de Cabanes, con aforo limitado, mascarilla obligatoria para público y . «Pero, de momento, nadie quiere arriesgar», lamenta el presidente de la Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer, Vicente Nogueroles. «Cada ayuntamiento espera que sea el pueblo vecino el que dé el primer paso», advierte ante un duro futuro. H