Este sábado ha sido un día de reencuentros y tradición tras dos años de pandemia. Las malas condiciones meteorológicas no pudieron con la VII Trobada de Muixerangues de Castelló, que ante la previsión de lluvia se celebró a resguardo en la Pérgola, donde se congregó numeroso público, familias enteras que ya tenían ganas de volver a ver pintar figuras en la plaza. La Conlloga Muixeranga de Castelló actuó como maestra de ceremonias y no defraudó.

Con el son de la Colla de Dolçainers i Tabaleters de Castelló, la Llavor dolçaina i tabal d’Almenara y diversos músicos a título individual el trabajo, la entrega, el esfuerzo y la magia empezaron a dibujar figuras y castillos en el aire. Las collas participantes fueron los anfitriones, la Muixeranga de Barcelona, la única agrupación de esta índole fuera de la Comunitat, y la Colla Castellera Nens del Vendrell, que ya actuó en Castelló en 1958, también durante las fiestas de la Magdalena. 

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Muixeranga en la Pérgola de Castellón David García

Este fue el primero de los grandes encuentros del calendario muixeranguer después de la pandemia. Había ganas de revivir esta manifestación folclórica y cultural tan arraigada en la Comunitat. Para ello, la Conlloga deleitó con varias figuras de cinco alturas, así como con otra muy llamativa que imitaba las aspas de un molino.

Ha quedado patente que hay relevo generacional, ya que se pudo ver entre los colectivos participantes numerosos niños. El Institut Valencià de Cultura y la Concejalía de Cultura de Castelló también organizaron el acto.