Una de las principales dudas que planteaba la próxima liberalización de la AP-7, quién se iba a encargar del mantenimiento de la carretera, ya tiene respuesta. Será la propia Abertis Aumar, que gestiona el vial desde hace décadas y lo hará hasta el 31 de diciembre, la que finalmente tenga que asumir esta tarea, debido al retraso en el proceso de adjudicación de su conservación.

Así lo aseguraron a Mediterráneo fuentes del Ministerio de Fomento, que ha optado por «seguir el mismo sistema que en la AP-1». Esta carretera, liberalizada en noviembre del año pasado, también comenzó su periodo de gratuidad sin tener adjudicado el servicio de mantenimiento, por lo que durante varios meses tuvo que ser asumido por la anterior gestora del vial (Itínere).

Esto significa que en el tramo de la AP-7 entre Tarragona y Alicante Abertis, previo acuerdo con el Gobierno, deberá seguir atendido labores como el asfaltado o el cuidado de las lindes pese a que ya no cobrará los peajes.

RETRASO // Todo esto porque el Ejecutivo central ha dejado pasar ni más ni menos que 18 meses para licitar el servicio de mantenimiento de esta carretera, puesto que fue en junio del 2018 cuando el ministro José Luis Ábalos anunció de forma oficial que se liberalizaba la AP-7 y hasta noviembre de este año no salió a concurso la conservación del citado vial.

Las condiciones de licitación marcan que no será al menos hasta febrero cuando se adjudique el contrato, valorado en 15,49 millones en el tramo de Castellón. El día 6 se abrirán los sobres con las ofertas de las empresas y se procederá a elegir la mejor.

Pero si sucede como en la AP-1, prevén problemas, ya que el proceso en este caso estuvo lleno de recursos judiciales que retrasaron la adjudicación definitiva. De hecho, estaba previsto que la anterior gestora de esta autopista asumiera su conservación solo tres meses, pero finalmente lo hizo durante casi un año.