La banca cooperativa Cajamar reunió ayer jueves en Castelló a una veintena de empresarios del sector alimentario para debatir los retos de futuro y compartir las principales inquietudes actuales, que pasan por las dificultades del sector citrícola, que aglutina la especialización de la industria; el pequeño tamaño de las explotaciones, en un contexto en el que las exportaciones alimentarias siguen creciendo por encima de la media nacional.

Son datos que se pusieron ayer sobre la mesa, explicando que en los últimos años se ha recuperado el tono, con más firmas que antes de la crisis, que, pese a ser de menor tamaño, son mayores que la media española. La jornada, inaugurada por el director de Negocio de Cajamar en Castellón y Valencia, Federico Zambruno, y el secretario general de Fedacova, Sergio Barona, se abrió con una ponencia del director del Servicio de Estudios de Cajamar, David Uclés, que puso el acento en que «la agricultura castellonense, intensiva en materia de empleo, sigue dependiendo de su marcada especialización en cítricos, sobre todo en mandarinas».

Entre los retos del sector en Castellón destaca el problema de la dimensión. «Hay fórmulas de gestión comunitaria que pueden ayudar a solventar esta problemática», según apuntó Uclés en su presentación, incidiendo en que «la falta de dimensión afecta a la competitividad de la industria alimentaria provincial».