Ya lo dice el refrán. Nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Y eso es precisamente lo que no hay que hacer en la lucha contra los mosquitos. Los expertos plantean que este trabajo debería hacerse todo el año. Así lo explica Rubén Bueno, entomólogo especializado y presidente electo de la Asociación Europea de Control de Mosquitos (EMCA), quien, además, señala que la problemática en algunas localidades de la provincia es muy notable, hasta el punto de que requieren más brigadas, dedicación exclusiva, y salir todos los días en verano, momento de máxima actividad. Plantea que los municipios deberían reflexionar sobre si sus presupuestos están dimensionados conforme a este contexto.

Bueno señaló que «hay que ir haciendo prevención desde el invierno, con tratamientos más espaciados en el tiempo en temporada baja, porque la problemática no es tanta» como en verano.

Asimismo, las precipitaciones de este verano combinadas con temperaturas elevadas han acelerado el ciclo de los mosquitos. Bueno, gerente de Lokimica, que lleva los tratamientos de Almenara, la Llosa, Xilxes, Moncofa, Nules Burriana, Torreblanca, Cabanes, Alcossebre y Vinaròs, indicó que «estas lluvias nos han hecho reforzar más las brigadas en más turnos, mañana, tarde y noche». Y es que hay tratamientos nocturnos y otros que son diurnos.

Ejemplo de ello es Cabanes, donde el Ayuntamiento ha pedido a la empresa que intensifique las actuaciones en la Ribera y Torre La Sal ante las molestias que están causando a veraneantes y empresarios. Así, aunque la semana pasada se estuvo fumigando todos los días, llegando a actuar dos equipos el miércoles, el fin de semana se detectó un incremento extraordinario, por lo que se han hecho tratamientos adulticidas tanto el domingo como el lunes y martes por la noche, trabajando dos equipos de día y uno en la noche.

«Vivimos en una zona de litoral, próxima a la marjal. Nuestro objetivo es que el impacto sea mínimo, pero el cero absoluto jamás existirá. Los mosquitos siempre van a existir. A lo que aspiramos es a ir reduciéndolo paulatinamente», señaló, añadiendo que «hemos conseguido aminorar su impacto». Bueno indica, además, que ahora que hay previsión de nuevas lluvias, habrá que volver a iniciar toda esta dinámica.

Las acciones que se están realizando son terrestres, con larvicidas en el agua, para que no salga el adulto. Se usan productos biológicos, respetuosos con el medio ambiente, que no afectan a otros insectos. Apuntó que en julio se hizo una acción aérea en el Prat, pero que no se valora por ahora realizar otra a no ser que haya una situación drástica, por ejemplo si caen más de 100 l/m2 y temperaturas elevadas.